que busca noches absurdas
bajo el Pont Neuf.
Que lleva una venda en los ojos
y lame sus heridas
ensalivándose las alas.
Tengo una amiga
que vuela
—no le queda otra alternativa ilógica—
con poemas desacertados
tatuados con graffiti.
Esa amiga que busca bebederos
de café
donde viven las historias de amor
también lame sofás expresos
y verbos intransitivos.
Anoche me habló de sus creencias
—algunas, no todas—
"creo que el azar a veces se porta
y nos coloca junto a lo que no sabíamos
que soñábamos
y al lado de las personas
que desconocíamos buscar".