El sendero de luz artificial,
los pasos que se traga la oscuridad de la noche,
lo que un poeta quiere decir antes de quedarse sin ideas,
ese verso para ti que ya no significa nada,
la complacencia ingrata o en dosis gratificantes -sigue siendo gratis dominarse a uno mismo-,
el precio que se le pone a las cosas,
la etiqueta de un jersey en rebajas,
no vestir a la moda, ni vivir a la moda -
¿van de la mano?-
Pasear con tu pareja después de dejar al perro en casa.
Discusiones, impulsos, sensaciones.
Los disparadores del miedo.
El disparate de un suicidio -enigma universal, cada vez más recurrente, o eso pone en los periódicos-.
Sociedades ocultas, de cualquier clase.
El secreto, la fórmula mágica del sentido común -no todos reaccionamos igual ante el caos-.
Creencias, afirmaciones, dudas, negaciones.
Cuestiones que no han sido reveladas desde aquí.
Quizá podamos buscar en otro sitio, mientras nos quedamos sin fuerza, sin evidencias.
¿Necesita el hombre respuestas, o cubre, parche tras parche, su ignorancia?
Yo soy de los que se conoce la teoría al dedillo.
¿Conclusiones?
-Es probable que este texto haya quedado en donde empezó-.
-¿Por qué demonios pienso en los filósofos socráticos?-
Ese "solo sé que no sé nada".
¡Dios mío!
¿Se imaginan aplicarse esa sentencia?
¿Cómo iba a saber este señor semejante cosa?
¿Realmente las cosas se saben?
Vivimos entre humanos, la mayoría de nosotros.
¿Por qué iba a ser distinto el pensamiento?
Les confesaré mi mayor secreto, y el más doloroso, a la vez que me deja en carne viva.
"No soy capaz de afirmar absolutamente nada en un poema."
