De tan lejos vienes, de tan lejos.
Como si hubieses sido piedra alguna vez,
lisa y con huecos de mar,
fondeada en el perfil del espejo,
canalizada en el arrabal de los magos.
Vienes de la curvatura del pristino eco,
de los sanados valles del romance.
Oh, Caballero resilente,
adivino tu figura,
en el memorioso azul
de mi copa llena.
.