Sonrisas de espuma

[Antonia Mauro]

Un hombre naranja cubre
los cristales,
al otro lado un sombrero de mago
se dibuja sobre la cabeza rapada
de un niño.

En la quinta planta todos lucen
felices sus sombreros
mágicos
o lazos sobre sus cabezas,
incluso los peluches tienen
bigotes de gato.

Los niños sonríen al hombre naranja:
los conejos que salen de las
chisteras se han convertido
en poderosos leucocitos.

Y es que hay sonrisas que pueden atravesar cristales
o el corazón naranja de los
hombres.
Y también agujas amables
que navegan venas diminutas

capaces de imaginar
una vida que clama, que pregunta
a golpe de alegría irreductible por
la razón
o la sinrazón de los dioses.
__________________

[Lunamar Solano]

Una edición que encuentra aún más impacto querida amiga... un gusto volver a leerte...
mi abrazo a Luis y a ti, con todo mi cariño...
Nancy

[Luis M]

En realidad mi estrofa es solo una minimísima aportación a este excelente, emotivo y hermoso poema que trata de algo tan terrible como son las enfermedades graves en los niños, algo tan injusto como cruel e incomprensible. Desde luego este poema merece mucho más vuelo. One loquilla.

[Ana Muela Sopeña]

Bellísimo, Antonia:

Terrible realidad la que retratas con tu excelente poema. Maravillosa también la estrofa final de Luis.

Felicidades, compañeros...
Besos y abrazos a ambos
Ana

[Marisa Peral]

Sensible y necesario, amiga y compañera.
Os envío un fuerte abrazo a ti y a mí tocayo, gracias por compartir.

[Pilar Morte]

Precioso y emotivo poema que no entiende la mirada de los dioses. Me gustó mucho.
Abrazos
Pilar

[Antonia Mauro]

Una edición que encuentra aún más impacto querida amiga... un gusto volver a leerte...
mi abrazo a Luis y a ti, con todo mi cariño...
Nancy

Muchas gracias Nancy.

Sí, con esta edición está mucho mejor. Luis lo retocó. En otro sitio lo dejé como salió inicialmente. Se ve la diferencia.

Otro abrazo para ti.

[Antonia Mauro]

En realidad mi estrofa es solo una minimísima aportación a este excelente, emotivo y hermoso poema que trata de algo tan terrible como son las enfermedades graves en los niños, algo tan injusto como cruel e incomprensible. Desde luego este poema merece mucho más vuelo. One loquilla.

Muchas gracias señor editor.

Si algún día soy famosa, que todavía tengo la ilusión esa de salir en la gran pantalla, -una que es ilusa-, espero que me arregles los discursos de recogida de premios: Goyas y demás.

Gracias por esa estrofa y por el resto de arreglos (lo de la cabeza no tiene remedio).

One.

[Antonia Mauro]

Bellísimo, Antonia:

Terrible realidad la que retratas con tu excelente poema. Maravillosa también la estrofa final de Luis.

Felicidades, compañeros...
Besos y abrazos a ambos
Ana

Muchas gracias Ana.
Me alegra que te gustase.
Un abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Me ha gustado mucho tu emotivo poema, Antonia, donde la realidad se disfraza para ser un poco menos cruel. Ojalá salieran mas conejos de las chisteras con más asiduidad.
Mi aplauso para ti y Luis M.

Abrazos.

[Ramón Carballal]

El poema está lleno de ternura. Emociona ver como en estos niños tan perseguidos por la desgracia pueda encenderse todavía la llama de la alegría. Mérito tienen esas personas que consiguen que así sea. Me gustó mucho el poema. Un abrazo.

[Rafel Calle]

Tan bello como emotivo trabajo, amiga Antonia.
Abrazos.

[Marius Gabureanu]

Querida amiga, me uno al comentario de Luis, es un logrado poema, tanto en la versificación como en lo que transmite. Mis abrazos y felicitaciones, Antonia.

[E. R. Aristy]

Con la colaboración de Luis como invitado especial.
Gracias por la estrofa final.

Un hombre naranja cubre
los cristales,
al otro lado un sombrero de mago
se dibuja sobre la cabeza rapada
de un niño.

En la quinta planta todos lucen
felices sus sombreros
mágicos
o lazos sobre sus cabezas,
incluso los peluches tienen
bigotes de gato.

Los niños sonríen al hombre naranja:
los conejos que salen de las
chisteras se han convertido
en poderosos leucocitos.

Y es que hay sonrisas que pueden atravesar cristales
o el corazón naranja de los
hombres.
Y también agujas amables
que navegan venas diminutas

capaces de imaginar
una vida que clama, que pregunta
a golpe de alegría irreductible por
la razón
o la sinrazón de los dioses.
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Y es que hay sonrisas que pueden atravesar cristales
o el corazón naranja de los
hombres.
Y también agujas amables
que navegan venas diminutas


El niño juega y su juego no es solo entretenimiento, es una práctica de enlazar el mundo material con su potencia viva de imaginación, deinocencia, de ignorancia, de gran poder intuitivo y perceptivo. Me ha gustado mucho , Antonia. En mi interpretación, he visto a esos dioses como en la mitología predecesora a la psicología. En castellano claro, te felicito por tus talentos y variedad de temas. ERA