
El verso suena y duele
Voces lejanas, árboles llamando en las ciudades
La miseria y el brillo, la botella vacía
Para nombrarme o morir
La línea divisoria derramada en la calma
Escucho los instantes del silencio
Un desmayo de flores recaló en sus pétalos
El pájaro burlón embebe sus colores
Luego la noche, párpados del miedo
De un águila que piensa en tanto otros beben
Es un viaje que aleja nuestros huérfanos
De una botella injusta ajada entre los dedos
Los últimos lugares de la sombra
Colmando de ceniza las flores y las piedras
¿De qué lugar viene la furia, a qué terrible barco alejará?
Donde la línea recta ocupa los espacios.
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Tormenta lírica, se trata de 8+8 versos sueltos improvisados y
estructurados al azar. No se ponen signos de puntuación entre los versos,
serán los lectores quienes participan del poema en este sentido.
Procedimiento.
En papeles pequeños ambos participantes escriben un verso en cada uno de sus ocho papeles. Después se introducen los papeles en una bolsa de plástico (no importa que sea del corte inglés
o del carrefour) se mezclan y se le dictan los versos a Sara que los escribe en un word sin fartas de hortografia y con muncho harte. A partir de este momento toda responsabilidad es del lector. Los autores (algunos con más wisky del que puede soportar un escocés) no se hacen responsables de las lesiones de carácter psicológicas (ni diarreas mentales) que pueda ocasionar en el lector o lectora.
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