No sabría decirles qué vino antes, si el huevo o la gallina.
Pero lo intentaré -cuando me siento Dios me entra una claridad abrumadora-.
Para que ustedes me entiendan, o entiendan el fondo de mis poemas, necesitarían volver a la verdad.
Otra cosa es que prefieran la nebulosa en la que están sumergidos.
¿Un solo poseedor de la evidencia?
Eso es imposible.
No vivo en otro sitio.
Transito las calles y frecuento palabras que para nada son Palabra de Dios.
Pero lo profundo de su conjunto en cualquier contexto, hace que incluso el significado de dichas palabras pierda toda relevancia.
Esto es escribir en todas direcciones, dominar el subconsciente.
Con los sueños calibrados y las ilusiones intactas, se aviva la llama del Infierno.
Si no creen que esto sea así, solo me falta aplaudir su ignorancia.
Mi inteligencia es nociva.
Mi nociva es inteligencia.
Es inteligencia mi nociva.
Actividades cognitivas.
Y mi voz, cada vez menos ruidosa y sonora
-cómo decirles algo que no tenga significado, y que no tenga nada que ver aquí. Mierda, esto es sobreponerme a mi propia Obra...-...