
Quien me importe me diga lo que valgo.
Quien no respete mi prudencia, que me diga algo que no sepa.
La verdad es que no sé si lo que sale de mi boca está condicionado.
Evidentemente, no hablo igual que los demás frente al Word, o cualquier otra plataforma.
Los rascacielos sirven de guía.
Meo en cualquier esquina, con unas copas de más.
Yo no asumo las deudas, nunca me encabrito lo suficiente como para disfrazarme.
Hablo, a veces, con conocimiento de causa y consecuencia -esto es solo fardar y hacerse pajas mentales-.
No soy profeta, aunque lo parezca con una barba de tres días.
No soy como la iglesia, nada me identifica.
Me he propuesto invadir su intelecto.
Esa capacidad de raciocinio les aparta de mí.
O simlemente soy quien conversa por cumplir.
No confundo el amor, ni me confunde una cara bonita.
¿La mía?
Digamos que se restriega hasta penetrar mi cráneo.
Profundizo, sin anestesia ni caída.
Si tropiezo en la nada, es porque dicha nada no existe.
La armonía del caos es predecible, trato temas que infllingen y que afligen.
Dios me ha hecho olvidar.
Ahora no les pongo la mano encima.
La escritura, la mía, es un plagio de altruismo.
Una réplica que destruye sin andarse con chiquitas.
Escribo lo que siento y lo que pienso.
Hay quien quiere indagar en lo primero.
Ellos son mi segundo plato.
Dios fuera de lugar no existe.
"Así como mi estilo es intransigente,
a veces vendo humo."
Hoy reúno y congrego a mis comerciales.
No creo en Dios.
No me lo repito lo suficiente como para adularme."
"Nadie me sube el ego.
Digamos que creer en algo es pasarse la vida intentando alcanzarlo."
De la poca gloria que me queda, la escupo en el lavabo.
Dios es el Paraíso donde se unen las mierdas para cavar un agujero.
¿Qué importa quien yo sea?
Me adapto a multitud de formas y situaciones.
Pero la realidad no me convence.
No es por despecho ni desprecio.
Mi precio es Dios.
¿Alguien puede pagarlo?
La materia invisible, desde luego.
"Por más que te enamores, la historia va conmigo.
Me enamoro tan solo por capricho.
Si ustedes fueran capaces de reconocerlo, el roce no haría el cariño."
"Y sí que Dios se escapa de mi boca.
Es mi ego el que repudian.
Pero escribo y escribo.
Algo dentro de Mí me dice que lo haga.
¿Verdad o mentira?
Depende, como siempre del calibre del que estén hablando."