
Si pudiera elegir aún te elegiría.
Si pudiera advertirte del peligro
que entraña bucear sin mar de fondo,
negaría mis síes y mis noes.
Me perdí en algún punto del camino.
Siempre te esperaré, incluso sin paciencia.
Somos dos bocanadas de aire puro,
penetras en mi voz sin timbrar.
Abro puertas, ventanas, o tabiques,
sin miedo a la verdad que me critique.
Echo en falta ese poco de la historia,
mi pasado se pierde en tu memoria.
Ábreme los ojos.