Visto de arriba a abajo

[Ricardo López Castro.]

El problema del ego es consabido,
puedes quedarte a solas, sin siquiera sentir placer.
Esto es una carta que escribí hace tiempo en una servilleta.
Clamé por el amor de una mujer que siempre me miró de abajo a arriba.
Tengo trabajo, dos hijastros y un perro de mi sangre.
Aquella mordedura me marcó.
No sé porqué puñetas escribo, estoy harto.
La visión de un perdedor.
No pierdo la esperanza de que mi suerte cambie.
No viene de mí, por más que me acicalo.
¿Por qué coño atribuyo el amor al dinero?
Mi status no es reconocido.
Soy uno más.
Otro chico más, de la felicidad al tintero.
Pienso en mi amor platónico.
No sé nada de ella.
Y mi otro amor platónico en el Facebook con otro cualquiera.
Primero el poder, luego las mujeres.
Lo decía Cara Marcada.
Ahora en serio, quiero largarme con la música a otra parte.
No estoy de acuerdo sobre el funcionamiento del sistema.
¿Cuándo empezaron a importarme estas cosas?
Tanta sensibilidad para llegar a Dios.
Y no, no es para pedir ayuda.
Esto tenía que pasar.
Léanme con unos cuantos malos tragos de más o con unas rayas encima.
No hay desdicha, no hay ventura.
Mi vida la he vendido al por mayor.
Es cuestión de traumas.
De drogas blandas y duras.
De idealizar putas y rameras.
De estar siempre a las duras y maduras.
De crisis de ansiedad, o de fobia social.
De ser hazmerreír o incomprendido.
De falta de cariño.

"Llámenme x, pero no lo hagan a propósito."
"Ya dije que era Dios, incluso más."
"Me lo saco de la chistera, y nunca falla."
"Rectifico: Llámenme."

[Daniela Miño]

Hola Ricardo. Un poema muy palpable, cargado de metáforas tan limítrofes a la realidad que la llegada al alma lo hace único. Un paisaje moderno y una pequeña irreverencia al conservadurismo.

Me encantó, gracias por compartirlo.