Viaje de ida.
Eleva al aire el avión sus alas extendidas
y se hacen cielo y altura de tus sueños
imposibles,
inalcanzables para aquellos
que la tierra es peana de pasos cotidianos;
es tu mirada que alcanza más allá el horizonte
curvo, las claridades desplomándose sobre paisajes
de países lejanos;
es en tu sonrisa, intuyo, la enamorada sorpresa
y gentes que se abrazan a tu mirada desnuda
de ciudades perfumadas de especiados aromas.
Te espera
el viento, la luz; también el amor
te espera,
el dulce vino en la mirada y en las manos
que te ofrece ser libado
en cáliz de entregados cuerpos
al altar de las noches.
Egipto te espera
con rumor
milenario
hundido en cuna de civilizaciones;
en su mitad
partido
por las aguas del Nilo y sus orillas fértiles; templos
y leyendas, caudal de memoria y de culturas, ciudades
pintorescas
y jóvenes hermosos,
mujeres entregadas a la sensualidad de la danza.
¡Ay!, yo que sólo puedo soñarlo
te pido, feliz y afortunada viajera,
que tus ojos me presten su mirada más bella
y seductora,
la más tierna sonrisa tus labios
abiertos
como húmeda flor en el desierto
pronunciando mi nombre,
la palabra más dulce y nueva tu boca como beso
tu alma el recuerdo más íntimo abrazado a tu pecho.
Para que todo sea posible
y sea así
también, en la distancia, un poco mío.
No sea tu amor
-te suplicamos-
avaricioso amor
y alrededor de tu mesa caigan de tu mano
y tus labios
las migas
que sacien nuestro hambre
que alimenten nuestros sueños
que nos hagan felices a los desafortunados.
Para que no sea amor
tu amor
como escondido vino en cráteras de tiempo.
![Imagen](http://www.imaxenes.com/mini/foto01_1_1ap47e0.jpg)