Por si regresas

[Rafael Valdemar]

Quizá algún día te pida que regreses, aquí,
donde siempre me llegan referencias de la muerte
y siniestros mercachifles trafican con mis sueños.
Yo siempre te esperaré deshojando el porvenir
como si fueran crisantemos con pétalos de tristeza;
o entonando el salmo de la dicha para ahuyentar
a los suicidas que se apuestan a todo o nada mi futuro.

Tú ya sabes que al otro lado del mundo me hallaré,
escribiéndote mi próxima elegía porque presiento
que se acomodará en mi diario esa nube oscura
que profana el templo donde rezan tus dioses libertinos.
Cuando el vértigo de mi boca pronuncie el nombre
que te oculta, acaso seas presencia como un candor fluvial
que se despierta en el albor de las mareas y navegarás
conmigo hasta donde en un espejo roto se nos muestran
las arrugas del alma preguntando por el tiempo ya perdido.

Si quieres buscarme allí donde el frío muerde
a los secretos que se esconden entre soledades de alcoba
y el deseo como un pájaro desnudo anida otra noche más
entre las sábanas sucias de una pasión vacía, seguro
que me encontrarás huyendo del presente cuando lo sienta
que arde como una ilusión en llamas y su melodía recorra
las heridas profundas de la vida; aunque no huiré antes
de apurar contigo el último trago de esperanza, a ver
si juntos hallamos respuestas en el fondo de los vasos,
y después digámonos adiós como quien enciende
la lumbre del pasado con el tibio rumor de la nostalgia

[Pilar Morte]

Llega el poema, la espera que sostiene la esperanza, y se acomoda, al mismo tiempo, en el adiós. Me gustó el poema.
Abrazos
Pilar

[Rafel Calle]

Hermoso e interesante trabajo, amigo Rafael.
Abrazos.

[Alonso Vicent]

Los quizás saben mucho de esperas, y postergan las despedidas rodeados de recuerdos y esperanzas.
Estupendo poema, Rafael, que indaga en los presentes.
Un abrazo poeta.

[Hallie Hernández Alfaro]

Me ha gustado mucho, amigo; tu lírica viva luce en las pendientes que saben esperar.

Salud y felicidad.

[Antonia Mauro]

Quizá algún día te pida que regreses, aquí,
donde siempre me llegan referencias de la muerte
y siniestros mercachifles trafican con mis sueños.
Yo siempre te esperaré deshojando el porvenir
como si fueran crisantemos con pétalos de tristeza;
o entonando el salmo de la dicha para ahuyentar
a los suicidas que se apuestan a todo o nada mi futuro.

Tú ya sabes que al otro lado del mundo me hallaré,
escribiéndote mi próxima elegía porque presiento
que se acomodará en mi diario esa nube oscura
que profana el templo donde rezan tus dioses libertinos.
Cuando el vértigo de mi boca pronuncie el nombre
que te oculta, acaso seas presencia como un candor fluvial
que se despierta en el albor de las mareas y navegarás
conmigo hasta donde en un espejo roto se nos muestran
las arrugas del alma preguntando por el tiempo ya perdido.

Si quieres buscarme allí donde el frío muerde
a los secretos que se esconden entre soledades de alcoba
y el deseo como un pájaro desnudo anida otra noche más
entre las sábanas sucias de una pasión vacía, seguro
que me encontrarás huyendo del presente cuando lo sienta
que arder como una ilusión en llamas y su melodía recorra
las heridas profundas de la vida; aunque no huiré antes
de apurar contigo el último trago de esperanza, a ver
si juntos hallamos respuestas en el fondo de los vasos,
y después digámonos adiós como quien enciende
la lumbre del pasado con el tibio rumor de la nostalgia

Muy buen poema.

Traficantes de sueños, algunos sueños serían tan grandes que difícilmente podrían pasar la aduana.

Un abrazo.

[Lunamar Solano]

Hermosa sensibilidad para un instante de vibrante nostalgia querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[Alejandro Costa]

Quizá algún día te pida que regreses, aquí,
donde siempre me llegan referencias de la muerte
y siniestros mercachifles trafican con mis sueños.
Yo siempre te esperaré deshojando el porvenir
como si fueran crisantemos con pétalos de tristeza;
o entonando el salmo de la dicha para ahuyentar
a los suicidas que se apuestan a todo o nada mi futuro.

Tú ya sabes que al otro lado del mundo me hallaré,
escribiéndote mi próxima elegía porque presiento
que se acomodará en mi diario esa nube oscura
que profana el templo donde rezan tus dioses libertinos.
Cuando el vértigo de mi boca pronuncie el nombre
que te oculta, acaso seas presencia como un candor fluvial
que se despierta en el albor de las mareas y navegarás
conmigo hasta donde en un espejo roto se nos muestran
las arrugas del alma preguntando por el tiempo ya perdido.

Si quieres buscarme allí donde el frío muerde
a los secretos que se esconden entre soledades de alcoba
y el deseo como un pájaro desnudo anida otra noche más
entre las sábanas sucias de una pasión vacía, seguro
que me encontrarás huyendo del presente cuando lo sienta
que arder como una ilusión en llamas y su melodía recorra
las heridas profundas de la vida; aunque no huiré antes
de apurar contigo el último trago de esperanza, a ver
si juntos hallamos respuestas en el fondo de los vasos,
y después digámonos adiós como quien enciende
la lumbre del pasado con el tibio rumor de la nostalgia

Un magnífico escrito.
Sin duda de lo mejor que te he leído.
Repito, una maravilla.
Abrazos

[Rafael Valdemar]

Pilar gracias por pasarte por el poema y dejar tus palabras

saludos

rafael

[Rafael Valdemar]

Rafel gracias por pasarte por el poema y dejar tus palabras

saludos

rafael

[Rafael Valdemar]

Alonso gracias por pasarte por el poema y dejar tus palabras

saludos

rafael

[Ana Muela Sopeña]

Muy bello poema, Rafael, de sueños y esperanzas.

El amor es eterno cuando sabemos que tiene fecha de caducidad.

Un beso
Ana

[Rafael Valdemar]

Hallie gracias por pasarte por el poema y dejar tus palabras

saludos
rafael

[Arturo Rodríguez Milliet]

Lúcido discurrir de tu lírica pristina y descriptiva
con versos cargados de imágenes altamente expresivas y
con un rico tenor evocativo de la nostalgia. Un gusto leerte.
Un afectuoso abrazo.