Estaciones sentimentales XXXVII- El sueño del gigante

[J. J. Martínez Ferreiro]

Un día, al franquear la puerta de mi casa
se abrió un océano a mis pies,
con sus islas, sus costas escarpadas,
su infinitud de olas.

La fantasía de la imaginación
anuncia al gigante barbado,
el gran amigo de los siglos,
semejante a un árbol.

Supongamos que vemos,
supongamos que sentimos,
que ofrendamos grandiosas hecatombes a los dioses,
para verlos, para sentirlos
no en la carne del mito
sino en el sueño del símbolo:
en ellos somos.
Somos los sueños que devoran la carne
y escancian la sangre de los dioses.

[Ana Muela Sopeña]

Qué belleza, J.J.:

Muy logradas todas las estrofas.

Un fuerte abrazo
Ana

[Marius Gabureanu]

Te mueves de maravilla entre lo onírico y lo filosófico, construyes puentes entre lo soñado y la realidad, me ha encantado, querido amigo. Muchos abrazos.

[Antonio Justel]

"no en la trance del mito sino en el sueño del símbolo".


... J. J. Martínez Ferreiro, poeta, amigo: el que sabe, sabe y escribe poesía y siempre alega un más allá, de ahí ese magnífico verso final con rematas esta linda obra. Saludos cordiales. a. j/Orión

[J. J. Martínez Ferreiro]

Qué belleza, J.J.:

Muy logradas todas las estrofas.

Un fuerte abrazo
Ana

Gracias, Ana, por abrir este tema de tan generosas maneras.

Un biquiño, querida amiga.

[Guillermo Cumar]

Resucitaste del sueño, amigo, y nos entregaste una buena y sensata inspiración.

un fuerte abrazo. y un par de nutridos aplausos.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Te mueves de maravilla entre lo onírico y lo filosófico, construyes puentes entre lo soñado y la realidad, me ha encantado, querido amigo. Muchos abrazos.

Gracias, POETA, por tu paso y generosos comentarios. Celebro que hayas disfrutado de estos versos.

Un abrazo.

[Pablo Ibáñez]

Ferreiro,

sique la fiesta, amigo, gira la rueda de las Estaciones Sentimentales. Leyéndolas, uno no deja de toparse con detalles de gran valor. Sin duda merecen ser recopiladas en negro sobre blanco.

Un abrazo.

[Óscar Distéfano]

I
Para concebir la belleza primero hay que soñarla,
soñar, por ejemplo, la nieve
en una majestad de minúsculos diamantes;
soñar a todos los ahogados en un mar que desciende;
soñar la singladura de los barcos
que desde legendarios muelles partieron.

II
Un día al franquear la puerta de mi casa
se abrió un océano a mis pies,
con sus islas, sus costas escarpadas, su infinitud de olas.

III
El sueño de la realidad
anuncia al gigante barbado,
al gran amigo de los siglos, semejante a un árbol.

Supongamos que vemos, supongamos que sentimos,
que ofrendamos grandiosas hecatombes a los dioses,
para verlos, para sentirlos,
no en la trance del mito sino en el sueño del símbolo.

Reconociendo que las partes son poemas enteros, quizás el todo nos remita a un mundo de verdadera poesía, de corpus admirable, de obra maestra. Trataré de ir poniéndome al día con esta serie; considero que es un trabajo serio, de gran valor para el foro. Lo ideal sería que los poemas estuvieran recogidos en un solo bloque, de tal modo a facilitar la lectura. Enhorabuena, compañero.

Un abrazo con palmadas.
Óscar

[Lunamar Solano]

Hermosos y rotundos suenan tus versos querido amigo...
Un gusto leerte cada vez...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[Marisa Peral]

I
Para concebir la belleza primero hay que soñarla,
soñar, por ejemplo, la nieve
en una majestad de minúsculos diamantes;
soñar a todos los ahogados en un mar que desciende;
soñar la singladura de los barcos
que desde legendarios muelles partieron.

II
Un día al franquear la puerta de mi casa
se abrió un océano a mis pies,
con sus islas, sus costas escarpadas, su infinitud de olas.

III
El sueño de la realidad
anuncia al gigante barbado,
al gran amigo de los siglos, semejante a un árbol.

Supongamos que vemos, supongamos que sentimos,
que ofrendamos grandiosas hecatombes a los dioses,
para verlos, para sentirlos,
no en la trance del mito sino en el sueño del símbolo.

Belleza y más belleza en estas estaciones que yo, amigo mío, disfruto y leo con gran placer.
Biquiños.

[J. J. Martínez Ferreiro]

"no en la trance del mito sino en el sueño del símbolo".


... J. J. Martínez Ferreiro, poeta, amigo: el que sabe, sabe y escribe poesía y siempre alega un más allá, de ahí ese magnífico verso final con rematas esta linda obra. Saludos cordiales. a. j/Orión

Gracias, Antonio, sabes que siempre es especialmente celebrada tu visita e este sitio.

Un fuerte abrazo, viejo amigo.

[E. R. Aristy]

I
Para concebir la belleza primero hay que soñarla,
soñar, por ejemplo, la nieve
en una majestad de minúsculos diamantes;
soñar a todos los ahogados en un mar que desciende;
soñar la singladura de los barcos
que desde legendarios muelles partieron.

II
Un día al franquear la puerta de mi casa
se abrió un océano a mis pies,
con sus islas, sus costas escarpadas, su infinitud de olas.

III
El sueño de la realidad
anuncia al gigante barbado,
al gran amigo de los siglos, semejante a un árbol.

Supongamos que vemos, supongamos que sentimos,
que ofrendamos grandiosas hecatombes a los dioses,
para verlos, para sentirlos,
no en la trance del mito sino en el sueño del símbolo.

No solo es un poema bello que nos dejas aquí, Ferreriro, es una revelación: Un día al franquear la puerta de mi casa
se abrió un océano a mis pies,
con sus islas, sus costas escarpadas, su infinitud de olas.



Decía Borges: La literatura no es otra cosa que un suño dirigido.

Haces una excelente distinción, Ferreiro, el mito nos sirve, pero la interpretación personal es llegar al símbolo como instrumento para abrir nuestra propia revelación. Mis respetos, poeta. ERA

[J. J. Martínez Ferreiro]

Resucitaste del sueño, amigo, y nos entregaste una buena y sensata inspiración.

un fuerte abrazo. y un par de nutridos aplausos.

Gracias, amigo Guillermo, por tu paso y generosos comentarios.

Celebro que hayas disfrutado de estos versos.

Un fuerte abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Ferreiro,

sigue la fiesta, amigo, gira la rueda de las Estaciones Sentimentales. Leyéndolas, uno no deja de toparse con detalles de gran valor. Sin duda merecen ser recopiladas en negro sobre blanco.

Un abrazo.

Gracias por esos ánimos, amigo Pablo,

Como ves loqueo un poco con las estaciones (no para de revisarlas o reinventarlas), o las encierran a ellas en un libro o me encierran a mí en un manicomio.

Gracias, colega ¡irrepetible, Pablo!