Espiral de niebla

[Ana Muela Sopeña]

La llovizna me recuerda
nuestras citas bañadas por la luna.
En mitad de las calles
una espiral de niebla.
Todo nos parecía siempre nuevo
abrigado por besos y miradas.

Invisible
soñaba con tu abrazo
más allá de la luz y de la sombra.

Ingrávido el sonido del invierno
nos llevaba por muros y parques
al centro de la urbe.

La ciudad con estatuas nos retaba
a ser los habitantes de los sueños.

En mi utopía eras un dios griego.

En tus visiones yo era una musa:
atemporal, con nieve y con escarcha.

En castillos de bruma
nuestros momentos llenos de pasión
fueron sólo el comienzo
de aquellas tardes de cerezas.

Nuestra magia desnuda
fue el instinto extraviado
en la cicatriz de la tristeza.


Ana Muela Sopeña

[Simon Abadia]

He querido salir de ese espiral de niebla y me he visto envuelto
hasta el último verso. Ahora me envuelve la bruma y sigo pensando
en tu poema.
un abrazo Ana,

Simon

[Begoña Egüen]

La llovizna me recuerda
nuestras citas bañadas por la luna.
En mitad de las calles
una espiral de niebla.
Todo nos parecía siempre nuevo
abrigado por besos y miradas.

Invisible
soñaba con tu abrazo
más allá de la luz y de la sombra.

Ingrávido el sonido del invierno
nos llevaba por muros y parques
al centro de la urbe.

La ciudad con estatuas nos retaba
a ser los habitantes de los sueños.

En mi utopía eras un dios griego.

En tus visiones yo era una musa:
atemporal, con nieve y con escarcha.

En castillos de bruma
nuestros momentos llenos de pasión
fueron sólo el comienzo
de aquellas tardes de cerezas.

Nuestra magia desnuda
fue el instinto extraviado
en la cicatriz de la tristeza.


Ana Muela Sopeña

Muy bello poema, estimada amiga, Ana Muela. Felicidades.
Un abrazo.
BEGOÑA.

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Simón, por brindarme tus palabras:

Un beso
Ana

[Pilar Morte]

Preciosos versos que relatan unos encuentros que atrapan en su lectura, aunque tengan triste final. Me gustó leerte.
Besos
Pilar

[Rafel Calle]

Hermoso y muy evocador poema, amiga Ana.
Abrazos.

[Maria Lua]

La llovizna me recuerda
nuestras citas bañadas por la luna.
En mitad de las calles
una espiral de niebla.
Todo nos parecía siempre nuevo
abrigado por besos y miradas.


Bello, querida Ana!
Me encanta leerte!
Feliz 2019 para ti
Besos
Maria Lua

[Lunamar Solano]

Instantes que se quedan sellados y desbordan el silencio y la memoria...
Un gusto leerte querida amiga...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[E. R. Aristy]

La llovizna me recuerda
nuestras citas bañadas por la luna.
En mitad de las calles
una espiral de niebla.
Todo nos parecía siempre nuevo
abrigado por besos y miradas.

Invisible
soñaba con tu abrazo
más allá de la luz y de la sombra.

Ingrávido el sonido del invierno
nos llevaba por muros y parques
al centro de la urbe.

La ciudad con estatuas nos retaba
a ser los habitantes de los sueños.

En mi utopía eras un dios griego.

En tus visiones yo era una musa:
atemporal, con nieve y con escarcha.

En castillos de bruma
nuestros momentos llenos de pasión
fueron sólo el comienzo
de aquellas tardes de cerezas.

Nuestra magia desnuda
fue el instinto extraviado
en la cicatriz de la tristeza.


Ana Muela Sopeña

Maravilloso poema. Ana. Me alegra encontrar tu Espiral de niebla, emana esa cualidad sublime de la Poesía inspirada. Abrazos, ERA

[jose manuel saiz]

Los poemas de amor nunca mueren... y menos aquellos tan bellos y hermosos como este.
Un abrazo, Ana.
J. Manuel

[Pablo Rodríguez Cantos]

Encantador tu poema. Saludos.

[Rafel Calle]

Arriba con este hermoso y poco conocido poema de Ana Muela.

[Jerónimo Muñoz]

Me alegro de que Rafel haya rescatado este bello poema que me ha hecho gozar de una poesía emotiva, hermosa y bien construida.
Me alegro también mucho de encontrarte, Ana.
Besos y abrazos.

Jerónimo

[xaime oroza carballo]

La llovizna me recuerda
nuestras citas bañadas por la luna.
En mitad de las calles
una espiral de niebla.
Todo nos parecía siempre nuevo
abrigado por besos y miradas.

Invisible
soñaba con tu abrazo
más allá de la luz y de la sombra.

Ingrávido el sonido del invierno
nos llevaba por muros y parques
al centro de la urbe.

La ciudad con estatuas nos retaba
a ser los habitantes de los sueños.

En mi utopía eras un dios griego.

En tus visiones yo era una musa:
atemporal, con nieve y con escarcha.

En castillos de bruma
nuestros momentos llenos de pasión
fueron sólo el comienzo
de aquellas tardes de cerezas.

Nuestra magia desnuda
fue el instinto extraviado
en la cicatriz de la tristeza.


Ana Muela Sopeña

Creo que es la deriva de las mareas lo que hace que no coincidamos pero, siempre es un placer leerte, aun entre la niebla.
Un abrazo, Ana.