A mi madre

[Miguel Ángel Martínez Góm]

Tú
que has visto emigrar tus sueños
a otra parte
en plena luz del día,
que fuiste descalza por la vida
para sentir su dolor sobre tu piel,
que has llenado nuestras manos
de palomas que encontrabas en el cielo
por ver su vuelo desde cerca
y no has sabido vivir de otra manera
sino muriendo;
ahora,
que por ojos llevas dos testigos
de tu incondicional amor
y en el cuerpo
las marcas de la supervivencia,
te sientes satisfecha
de no haber sido otra cosa
sino tú misma.

[Alonso Vicent]

Tú
que has visto emigrar tus sueños
a otra parte
en plena luz del día,
que fuiste descalza por la vida
para sentir su dolor sobre tu piel,
que has llenado nuestras manos
de palomas que encontrabas en el cielo
por ver su vuelo desde cerca
y no has sabido vivir de otra manera
sino muriendo;
ahora,
que por ojos llevas dos testigos
de tu incondicional amor
y en el cuerpo
las marcas de la supervivencia,
te sientes satisfecha
de no haber sido otra cosa
sino tú misma.

Me es muy entrañable esa imagen que proyecta tu poema. Vivieron unos tiempos en que la máxima razón dictaba sobrevivir… y sobrevivimos todos bajo sus alas.
Encantado de leerte en este sábado de lluvias propenso a melancolías varias.
Un abrazo

[Hallie Hernández Alfaro]

Tú
que has visto emigrar tus sueños
a otra parte
en plena luz del día,
que fuiste descalza por la vida
para sentir su dolor sobre tu piel,
que has llenado nuestras manos
de palomas que encontrabas en el cielo
por ver su vuelo desde cerca
y no has sabido vivir de otra manera
sino muriendo;
ahora,
que por ojos llevas dos testigos
de tu incondicional amor
y en el cuerpo
las marcas de la supervivencia,
te sientes satisfecha
de no haber sido otra cosa
sino tú misma.

Me es muy entrañable esa imagen que proyecta tu poema. Vivieron unos tiempos en que la máxima razón dictaba sobrevivir… y sobrevivimos todos bajo sus alas.
Encantado de leerte en este sábado de lluvias propenso a melancolías varias.
Un abrazo

Cito este hermosísimo reflejo de Alonso; me hago eco de cada sílaba.

Abrazo y felicitaciones sinceras, Miguel Ángel.

[E. R. Aristy]

Tú
que has visto emigrar tus sueños
a otra parte
en plena luz del día,
que fuiste descalza por la vida
para sentir su dolor sobre tu piel,
que has llenado nuestras manos
de palomas que encontrabas en el cielo
por ver su vuelo desde cerca
y no has sabido vivir de otra manera
sino muriendo;
ahora,
que por ojos llevas dos testigos
de tu incondicional amor
y en el cuerpo
las marcas de la supervivencia,
te sientes satisfecha
de no haber sido otra cosa
sino tú misma.

Maravilloso homenaje a tu madre, Miguel Angel. Me conmueve La celebración inequívoca de ella haber sido íntegra en su vida. Un abrazo, ERA

[Carmen Parra]

Al leer tus versos a la madre, han aflorado emociones fuertes, aprecio la belleza de cada estrofa
y te felicito
Un abrazo
Carmen

[Pilar Morte]

Qué hermosos versos salen de tu alma en reconocimiento y amor. Me gustó leerte.
Besos
Pilar

[Ramón Carballal]

Es un bonito homenaje a tu madre. Mi felicitación por el poema y un saludo cordial.

[Miguel Ángel Martínez Góm]

Así es, amigo Alonso, tuvieron que enfrentarse a situaciones muy difíciles.
Gracias por la amable visita y comentario.
Fuerte abrazo.

[Miguel Ángel Martínez Góm]

Muchas gracias, amiga Hallei, por la amabilidad de tu visita y comentario.
Fuerte abrazo.

[Miguel Ángel Martínez Góm]

Muchas gracias por tu amable visita y comentario, amiga Era.
Celebro que el poema haya sido de tu agrado.
Fuerte abrazo.

[Miguel Ángel Martínez Góm]

Muchas gracias, amiga Carmen, por la amable visita y comentario.
Celebro que el poema haya sido de tu agrado.
Fuerte abrazo.

[Miguel Ángel Martínez Góm]

Muchas gracias, Pilar, por la amabilidad de tu visita y comentario.
Fuerte abrazo.

[Miguel Ángel Martínez Góm]

Muchas gracias, Ramón, por la amable visita y comentario.
Fuerte abrazo.

[Rafel Calle]

Me sumo a los comentarios de los compañeros y te felicito, amigo Miguel Ángel, por este bello homenaje a la madre.
Abrazos.

[Marisa Peral]

Tú
que has visto emigrar tus sueños
a otra parte
en plena luz del día,
que fuiste descalza por la vida
para sentir su dolor sobre tu piel,
que has llenado nuestras manos
de palomas que encontrabas en el cielo
por ver su vuelo desde cerca
y no has sabido vivir de otra manera
sino muriendo;
ahora,
que por ojos llevas dos testigos
de tu incondicional amor
y en el cuerpo
las marcas de la supervivencia,
te sientes satisfecha
de no haber sido otra cosa
sino tú misma.

Precioso poema para agradecer y reconocer toda la renuncia de una Madre por amor.
Así ha sido y sigue siendo. Lo he disfrutado Miguel Ángel, mucho.
Un abrazo fuerte.