Gesta del impulso

[Jerónimo Muñoz]

GESTA DEL IMPULSO


EL MAESTRO
(No sé si debo hacer. Lo intentaré.
¿Es de verdad un fruto delicioso
esta manzana que cultivo y masco?)
No. No me escuches. Nada dije. Atiende
mi voz tan solo cuando sueño auroras.
Me afano en enseñarte el abecé
de la pericia en la supervivencia,
pero tú has de admitir, con tus ojos muy limpios,
que llevo la verdad cosida a mi esqueleto,
que el destino es posible si tu impulso
te lleva más allá de mi palabra.
Tú eres volcán de alientos, eres ángel,
eres el cuerpo de la continuidad.
Tú eres el alba; yo, la madrugada.


EL DISCÍPULO
Quiero beber las aguas de la sabiduría,
quiero alcanzar la cima de esa loma
donde tu plenitud clama horizontes.
Quiero mirar el mundo desde el ala
del ave que ha logrado ser del viento.
Tú eres el ave de alas transparentes
que cobijan mi vuelo hacia la luz.
Tú eres el mediodía, yo soy alba.


EL MAESTRO
(No sé si debo hacer. ¿Dónde mis alas,
dónde el dulzor del fruto del árbol de la ciencia?)
No he dicho nada. Oye mi voz
que anuncia manantiales de esperanza.
Vuela cerca de mí. Te llevaré
por los cielos calizos de los conocimientos.
Atiende a los preceptos de los dioses,
pero atiende también a la emoción
y aprende a contenerla entre tus sienes.
Que no te ciegue nunca la penumbra
de la sangre. Que nunca te deslumbre
la savia luminosa de los árboles lentos.
Ven. Volaremos.


EL DISCÍPULO
Corro a ti. Vuelo ya. Miro tu espejo
y veo la primavera. Entre tus alas
está el sustento de mi sueño vivo.
Ya crujen mis pupilas con la visión del cielo,
ya me estremezco ante la fuente clara
de la sabiduría. Dame tu voz,
dame tu aliento. Dime dónde está
ese licor que me hará bello en mí.
Quiero ingerirlo. Quiero
ser feliz conociendo.


EL MAESTRO
(Se han callado los pájaros que habitaban mi bosque,
ya no escucho el murmullo del agua entre las piedras,
ya todos los sonidos que dan fuerza a la vida
se han hundido en la fosa de mi desilusión.
¿Cómo infundir certezas en este alma de pétalo,
cómo prender un fuego con lluvias y cenizas?)
Nada dije. No escuches mi palabra
más que cuando la elevo hacia las nubes.
Ven conmigo a volar. Te enseñaré
a vivir en la duda.

[Guillermo Cumar.]

Un masticado diálogo que pone en frente os litigios del saber. Hay aqui mucho respeto por la ciencia, pues la conciencia lo siente y lo presiente
con la satisfacción que la enseñanza pone y predispone.

un abrazo

[Pilar Morte]

Poemazo. Estos versos hay que leerlos despacio para absorber la profundidad de su sabiduría. Ese diálogo lo hace especialmente dicente, es hablarse a sí mismo desde el poema. Felicidades
Besos
Pilar

P.D. Ya siento que no puedas ir a Madrid, era la ocasión de conocernos y compartir versos en directo.

[Óscar Distéfano]

Placer intelectual se siente al leer estos profundos versos de existencialismo puro. Me ha encantado, además, el sereno discurrir de la forma, donde se logra una atmósfera de calma, casi como de una meditación a dos voces. Mis aplausos.

Un abrazo, amigo.
Óscar

[Hallie Hernández Alfaro]

Una maravilla de las tuyas, querido amigo; deslumbra la semántica y tu sensibilidad se encarga de los milagros emotivos. Diálogo riquísimo, excepcionalmente poético.

Ovación sin la más mínima pausa.

Abrazos.

[Jerónimo Muñoz]

Un masticado diálogo que pone en frente os litigios del saber. Hay aqui mucho respeto por la ciencia, pues la conciencia lo siente y lo presiente
con la satisfacción que la enseñanza pone y predispone.

un abrazo

Gracias, Guillermo. Siempre encuentro en ti un eco de comprensión y afecto.
Otro abrazo para ti.
Jerónimo

[Carmen Pla]

Muy grande el poema, Jerónimo.
Has sabido darle lustre a un flujo coherente de sabia poética.
Un placer de lectura.
Un abrazo

[Rafel Calle]

Efectivamente, se trata de una hermosa lección; mucha carga filosófica imbricada en un certero desarrollo literario -también loable en la forma- que, tratándose del poeta Jerónimo Muñoz, no podía terminar sino en un concepto indudable llamado duda.
Un fuerte abrazo, compañero.

[Jerónimo Muñoz]

Poemazo. Estos versos hay que leerlos despacio para absorber la profundidad de su sabiduría. Ese diálogo lo hace especialmente dicente, es hablarse a sí mismo desde el poema. Felicidades
Besos
Pilar

P.D. Ya siento que no puedas ir a Madrid, era la ocasión de conocernos y compartir versos en directo.

Muy penetrante tu comentario, Pilar. Sabiduría aparte, es cierto que el poema necesita de lenta lectura, lo que, unido a su gran extensión, lo convierte en algo tedioso. Y sí, es hablarse a sí mismo como doctamente dices. Una conversación con uno mismo puesta en boca de dos seres distantes aunque próximos en sus anhelos.
Gracias, Pilar. Espero que lo hayas pasado muy bien en Madrid. A ver si venís a Málaga algún día...
Muchos besos.
Jerónimo

[Jerónimo Muñoz]

Placer intelectual se siente al leer estos profundos versos de existencialismo puro. Me ha encantado, además, el sereno discurrir de la forma, donde se logra una atmósfera de calma, casi como de una meditación a dos voces. Mis aplausos.

Un abrazo, amigo.
Óscar

Muchas gracias, Óscar. Aunque un poco tarde, no quiero que tus doctas y generosas palabras queden sin respuesta mía.
Recibe tú también un fuerte abrazo.
Jerónimo

[Marisa Peral]

EL MAESTRO
(Se han callado los pájaros que habitaban mi bosque,
ya no escucho el murmullo del agua entre las piedras,
ya todos los sonidos que dan fuerza a la vida
se han hundido en la fosa de mi desilusión.
¿Cómo infundir certezas en este alma de pétalo,
cómo prender un fuego con lluvias y cenizas?)
Nada dije. No escuches mi palabra
más que cuando la elevo hacia las nubes.
Ven conmigo a volar. Te enseñaré
a vivir en la duda.

Todo el poema es magnífico, maestro Jerónimo, pero esta estrofa final es una maravilla. Creo que todo buen maestro debe enseñar a volar y a vivir en la duda pues todo es cambiante e incierto.
Me ha gustado muchísimo.
Gracias y un fuerte abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Enseñanza impagable la que nos brindas, Jerónimo.

Un poema de altura para reflexionar sobre la existencia misma. Los grandes maestros saben danzar sobre el filo de la navaja aceptando la duda...

Enhorabuena
Aplausos
Un fuerte abrazo
Ana

[Jerónimo Muñoz]

Una maravilla de las tuyas, querido amigo; deslumbra la semántica y tu sensibilidad se encarga de los milagros emotivos. Diálogo riquísimo, excepcionalmente poético.

Ovación sin la más mínima pausa.

Abrazos.

Gracias, Hallie. Siempre me pones a unas alturas a las que nunca ascendí. Pero, gracias. Tu buen corazón sí me asciende a otras alturas: las del afecto.
Besos.
Jerónimo

[J. J. Martínez Ferreiro]

Magnífica y hermosamente expuesto este vuelo poético del conocimiento

Todo un placer de lecturam joven viejo amigo.

Un muy fuerte abrazo.