Muchas gracias, Begoña, en este frenético inicio de temporada de trabajo bajo el sol y entre naranjos.Begoña Egüen escribió:Precioso poema, estimado amigo, Alonso Vicent. Muchas gracias, por compartir.Alonso Vicent escribió:Llevo en la piel las manchas de mi tierra,
los rigores de un sol que a la intemperie
se empeña en recordarme que me aterra
el reporte final, cutánea serie.
Tengo el cansancio acumulado en huesos
de los que ignoro el nombre y que no uso,
conscientemente al menos, y son esos
que me tienen y traen inconcluso.
Tengo puestos los pies a la fatiga,
los dedos correosos como garras
que se aferran al suelo que castiga
y al horizonte sueltan sus amarras.
Llevo un reloj que atrasa y adelanta
las horas, el momento y circunstancia,
y un cristal con arena que decanta
el frío y el calor de la arrogancia.
Traigo conmigo el sobrante y sudor
de un día trabajado entre puñales;
son los árboles vida en derredor
y un derroche continuo de frutales.
Otoño llega y vive por mis venas,
una nueva cosecha, cinco meses,
seis a lo sumo, y luego tres verbenas
que confunden el trigo con las mieses.
Llega el invierno y uno persevera,
castiga y se castiga por si acaso
fuera el castigo flor en primavera...
Y por dios, que no llegue con retraso.
Esta mente se sabe en estaciones,
irracionalidad de los sentidos,
y mira en ventanillas y balcones
las vistas, entre tiempos, de lo ido.
Después llegar, no importa, a cualquier lado,
pero llegar con ilusión y a tiempo
al destiempo final de lo acordado;
blanco llegué y me voy cansado y lempo.
Un abrazo.
BEGOÑA.
Un abrazo.