Brindis con tinta inferno

[Ricardo López Castro.]

"Ese tipo que resulta ser Dios, nunca resultará.
Ese tipo que ha creado a Dios a través de la escritura no querrá desprenderse jamás de ella.
Ese tipo, ése mismo, puede presumir de saberlo todo y de no hacer absolutamente nada al respecto."

¿Y lo maravilloso que resulta ser Dios?
Hacerse incluso oídos sordos.
Escribir lo que me pete.
Total, ¿quién va a dejarme sin palabras?
Ni siquiera tomar riesgos -siempre son innecesarios-.
Las cosas, claras y fáciles -¿?-.
Pues eso, escriba lo que escriba, resultará.
Y al mismo tiempo, será un fiasco.
Al fin y al cabo, ¿qué pretende Dios sino que nadie sepa absolutamente nada de Él?

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Dios no puede ir en contra del "otro Dios", porque Dios solo hay uno.
Dios no puede ir en contra de nada.
¡Dios no puede hacer nada!
Dios lo tiene tremendamente fácil.
Dios no tiene deberes ni derechos.
Solo contradicciones.
¿Quién puede acaso demostrar por escrito que es Dios, el único que existe?
Yo ya estoy plenamente convencido de ello, pero, ¿y ustedes?
"Demostrar que soy Dios , por escrito, no es más que inculcarme desde la infancia.
Esto es, sus ruegos y plegarias tendrán respuesta.
"No se crean al rezar, que, como Yo, hablan en vano.
No nos merecemos ese feo".

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Escribir para llegar a conclusiones.
Si Dios lo supiera todo, confabulaciones aparte, ¿qué más le importaría escribir? ¡Lo haría como si nada!
Poco hay que decir, a veces, que las paranoias solo resultan acertadas cuando no se asocian a síntomas psicóticos.
Está bastante claro cómo va a acabar todo esto.
Pienso hacer caso absolutamente a todo lo que se me pase por la cabeza.
Al fin y al cabo, ¿qué me quedaría por saber de no ser así?

[Ramón Castro Méndez]

Interesante este poema en el que reflexionas sobre Dios, con mayúsculas, y dios con minúsculas, que no es nada más que nuestro ego, eso que nos viene de fábrica. Dios es dogma de fe y yo tengo poca, así que en una postura cómoda me declaro agnóstico. Necesito el dedo y la llaga. Sabemos que el universo de nuestro conocimiento es tan pequeño, que sospechamos que hay uno más grande que nos asusta y que acabará por fagocitarnos. No se si van por ahí los tiros de tu poema o si te he soltado un rollo sin sustancia. Si fuera este el último caso, mis disculpas.

Un abrazo.

[Ricardo López Castro.]

Hola Ramón, te agradezco mucho el paso por estas líneas.
Para mí no has soltado ningún rollo sin sustancia.
Creo que todo lo que pensamos, forma parte de nuestro pensamiento es importante, incluso a veces trascendental.
No iban por ahí los tiros.
Pero ése mismo es el precio que tengo que pagar por tener una forma diferente de ver las cosas sobre el papel.
Que mis textos se vuelven incomprensibles, incluso que nunca revelan al lector lo que en ellos se expone, a veces con más de un sentido, ironía, sarcasmo, etc.
Te mando un abrazo fuerte con mis mejores deseos y bendiciones.