Caballos. (Poema simbólico)

[Jerónimo Muñoz]

CABALLOS

Aquel caballo tordo traía en sus crines la medalla de la victoria; y en su belfo, la espuma sanguinolenta del esfuerzo baldío.
Aquel caballo tordo fue potro alguna vez. Y relinchó con fuerza al descubrir las figuras geométricas.
Aquel caballo tordo se amancebó con jazmines y siemprevivas, pero también con cardos y acebuches y jaras.
Triste la historia de aquel caballo tordo que amó sin comprender la luz de las enciclopedias.
Galopó a fuerza de látigo y consiguió palmadas en su cuello. Luego comió grano y se sintió feliz.
Es muy triste la historia de aquel caballo tordo que, a fuerza de años y sudores, encaneció su pelo y se hizo viejo.
Hoy, blanco como un copo de nieve y podrido por dentro, acepta la limosna de una paja seca que le ofrecen los lacayos de sus dueños.
Dueños de caballos y destinos.

[Àlex Gállego]

Me gustó la belleza del poema, del caballo que es más que un caballo. Gracias por compartirlo.

Saludos

Àlex

[Ricardo López Castro.]

Un poema que me ha gustado mucho, Jerónimo.
Cohesionado y coherente discurso y evolución de la naturaleza del tiempo y la condición humana.
Te mando un abrazo fuerte, con mis mejores deseos y bendiciones!

[Marimar González]

Muy bella esta historia que se proyacta en varios sentidos. es bello y dulce el caballo como ícono y su carrera describe símbolos perdurables que despiertan la emotividad del hombre de trabajo, que se reconoce en su circunstancia vital.
Saludos, Jerónimo

[Hallie Hernández Alfaro]

Ahora, solo acierto a ovacionar cada detalle del poema, querido amigo. Hay una grandeza notable en este ejercicio de belleza.

Abrazo enorme.

[Pilar Morte]

Buenísimo poema. Todos podemos ser caballos en tus logrados versos. Me encantó.
Besos
Pilar

[Simon Abadia]

CABALLOS

Aquel caballo tordo traía en sus crines la medalla de la victoria; y en su belfo, la espuma sanguinolenta del esfuerzo baldío.
Aquel caballo tordo, fue potro alguna vez. Y relinchó con fuerza al descubrir las figuras geométricas.
Aquel caballo tordo se amancebó con jazmines y siemprevivas, pero también con cardos y acebuches y jaras.
Triste la historia de aquel caballo tordo que amó sin comprender la luz de las enciclopedias.
Galopó a fuerza de látigo y consiguió palmadas en su cuello. Luego comió grano y se sintió feliz.
Es muy triste la historia de aquel caballo tordo que, a fuerza de años y sudores, encaneció su pelo y se hizo viejo.
Hoy, blanco como un copo de nieve y podrido por dentro, acepta la limosna de una paja seca que le ofrecen los lacayos de sus dueños.
Dueños de caballos y destinos.

Me ha gustado tu poema con esa alegoría tan sutil.
UN abrazo y felicidades,
Simon

[Ramón Carballal]

Es tan simbólico el poema que a mi me parece que habla de la existencia humana. Muy bueno como todo lo tuyo. Abrazos.

[Marisa Peral]

CABALLOS


Dueños de caballos y destinos.

Es un disfrute leerte Jerónimo, un poema esencialmente simbólico, en el que se reconoce la nobleza del caballo que, como muchos, necesitaba muy poco para ser feliz:

Galopó a fuerza de látigo y consiguió palmadas en su cuello. Luego comió grano y se sintió feliz.

Felicidades y un abrazo.

[Jerónimo Muñoz]

Me gustó la belleza del poema, del caballo que es más que un caballo. Gracias por compartirlo.

Saludos

Àlex

Te agradezco, Álex, esta expresión de tu complacencia ante el poema. El mundo está lleno de caballos. Como yo.
Saludos.
Jerónimo

[Rosario Martín]

Qué maravilla...
Aquel caballo aún conserva en sus crines el aroma del viento.
pero, claro,los animales de dos patas estamos perdiendo el olfato...
Me cuesta mucho leer, y escribir Jerónimo,siento mucho
no poder extenderme más...Un abrazo y feliz verano

[Guillermo Cumar.]

Me gustó el simbolismo de tu caballo tordo, sea bayo o no sea bayo, pero que la historia siga por sus crines con el fruto que cruza el viento a fuerza de látigo y galope.

Un abrazo

[xaime oroza carballo]

CABALLOS

Aquel caballo tordo traía en sus crines la medalla de la victoria; y en su belfo, la espuma sanguinolenta del esfuerzo baldío.
Aquel caballo tordo, fue potro alguna vez. Y relinchó con fuerza al descubrir las figuras geométricas.
Aquel caballo tordo se amancebó con jazmines y siemprevivas, pero también con cardos y acebuches y jaras.
Triste la historia de aquel caballo tordo que amó sin comprender la luz de las enciclopedias.
Galopó a fuerza de látigo y consiguió palmadas en su cuello. Luego comió grano y se sintió feliz.
Es muy triste la historia de aquel caballo tordo que, a fuerza de años y sudores, encaneció su pelo y se hizo viejo.
Hoy, blanco como un copo de nieve y podrido por dentro, acepta la limosna de una paja seca que le ofrecen los lacayos de sus dueños.
Dueños de caballos y destinos.

Magistral, Jerónimo. Gracias por tanta belleza y felicidades.
Un abrazo

[Jerónimo Muñoz]

Un poema que me ha gustado mucho, Jerónimo.
Cohesionado y coherente discurso y evolución de la naturaleza del tiempo y la condición humana.
Te mando un abrazo fuerte, con mis mejores deseos y bendiciones!

Te agradezco estas amables palabras, Ricardo, y celebro tu gusto por mi poema.

Un abrazo.

Jerónimo

[Miguel Janariz]

Un bello poema revestido de emoción a flor de piel, que se palpa en sus versos.
Enhorabuena
Miguel