donde el hibiscus se mece,
cuando venga madrugada serás tú y el Conde Olinos
mañanita de San Juan, quien me diga buenos días.
Donde la hiedra, madre, voy a plantar tu voz,
nos resguardaremos juntas, apretadas en su umbría
mientras los tontos nos buscan jugando a las escondidas.
Tu voz, madre, voy a plantar al pie del cerezo enano,
miraré con BlancaNieves el espejito chiquito
¿ me responderá el milano qué se hizo de tu risa?
¿cómo subieremos juntas al pino altooooooo, al aaaaaaaaaaaaltooo?
¿ cómo lanzaremos piñas a todos los sabios del mundo ?
En el hueco, donde el cangrejo ermitaño,
ahí, madre, voy a plantar tu voz
me dirás shssssssssssss- shossssssssssss,
shsssssssss- shosssssssss
cuando me siente en la roca y nos digamos mentiras
y secretos..
... y...
madre
¿me dejas que te pinte un cuento ?
(Reedito este poema, porque ... ¡ menos mal que planté su voz ¡¡¡ tan vasca y tan mediterránea )