La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
La primavera me reclama entre sus filas revolucionarias,
con el olor de la calle y la lluvia;
y voy,
con el pasamontañas
y la capucha;
y la muerte en la espalda;
con tu rostro descubierto.
Entonces, cada noche tu cuerpo maximiza mi inspiración.
Cada noche ensanchas mi dignidad
y me sepultas en el bálsamo de tu piel
para acuchillar al egoismo
II
Me encajo en tu sonrisa,
y la fogata de reliquias que crepita junto a la iglesia
nos calienta por igual,
el mar aplaude y la Luna sonríe.
Me tomas la sangre y la hierves.
Y soy fuerte porque Tú lo dices
y ya no sobrevivo.
La maldición de mis poemas se deshizo
cuando me bendijiste con tu flujo.
III
El humo me envuelve con su simpleza.
No veo nada más...
y en esta suave inconsistencia
brindo con mi esqueleto
igual que con un hermano.
Pues sé que mi muerte me acompaña cabalgando mil dragones púrpuras;
que su fuego es tuyo
y que mi pasión habitará tus ojos.
(La quinta solo estará en el taller, sino a este paso siempre estaré en diferido)
Ahora entiendo, tú eres el Alex de Nancy.
Me leo el poema y me quedo con esos verso, para volver luego.
La maldición de mis poemas se deshizo
cuando me bendijiste con tu flujo.
Que tengas un lindo día.-
Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.
Francisco Luis Bernárdez