Gracias por este poema, Pilar, de una cercanía incomparable.Pilar Morte escribió:Hoy me ablando,
¡para qué repetir la fuerza de las armas
si no ha servido para ponerme al otro lado!
Empiezo por los pies;
la dureza a medio hacer duele,
se encalla como el que no quiere o no sabe ver,
del que pisó con energía demasiado tiempo.
Subo al vientre,
sí, ya sé que ahí están las cicatrices,
el cloroformo que no despistó el dolor.
Recorro las vísceras para que me reconozcan, las abro,
les canto suave para que recuerden mi primera voz
cuando sin esfuerzo hacía el do de pecho
y calmaba con zumo de ilusiones
las vertientes escarpadas.
Sigo el camino, me esponjo ,
respiro y se ensanchan los alvéolos, como un cancán de niña,
rezumando caricias a los pulmones.
Se emociona el corazón, sabe que lo voy a orear
y le arrancaré las sombras que no dejan entrar la sangre renacida.
Me hablan las arrugas del rostro,
quieren que suavice los surcos rígidos
para recuperar la risa dúctil.
Olvido el ceño que se hizo buscando las verdades,
y con ellas castigos y lóbregos sermones.
Voy haciendo de las piedras un puré de manzana,
un alimento que repare las manos encalladas
y no tenga que trocearse con la mente,
que deje suave la garganta cuando el trueno avisa.
El cráneo me dice: quiérete,
ponte un altar en tu mente de arias infinitas
y prometo dejar tus vísceras como a un feliz infante
Un abrazo