Las hilvanas una a una hasta hacer una muralla
un catón de escalofríos,
un mañana sin adelfas ni pájaros que aniden pinos.
¡Madre mía, si es que eres pura quimera!
Qué farsa tu voz cambiante mendigando unos abriles,
un baile de mariposas…
tal vez un horizonte con raya…
como dátiles prensados,se han secado las palabras,
cuelgan lacias entre frondes y palmeras.
Posiblemente tu ombligo no es redondo,
es un decir,
digo yo.
Por eso lo miras tanto.
ya… ya deseara Pinocho esa labia.
¿Sabes?
Pepita Grilla anda en cáscara de nuez,
navegando,
panza al sol, alcanzó la otra orilla,
¡se siente!
Madre mía, que descanso no ser conciencia de nadie.
(Pero lo de Pepita Grilla no son mentiras, son imaginaciones que es más chulo. Alicante se viste de uno de enero, Cosas que pasan aquí y el mar las mira tan tranquilo. La cosa no va con él).