Niño todavía
Cuando el pelo
La nieve ha matizado,
Lo seré, cual demente,
Por alcanzar la gloria
De ese estadio.
Ese estadio de brillo
Que es como un espejo,
Gloria y casa del Ente...
Del que perdona y ama.
Mas mientras tanto
Amaré yo también
A ese dechado,
De Quietud, de ambrosía
Sobre un trillo de ilusiones
Con ese sabor arrebolado
Esplendoroso de belleza
Corriendo los campos de amapolas
Por las sienes de la inocencia
En el sueño infinito
De un verde e inmenso trigal
Con la melodía de una gaita
Ausente que mi pecho encierra
Y el sublime rumor
En mi cabeza
En la promesa de un futuro hermoso.
Rafael Zambrano
Derechos reservados.
De mi libro inédito: Una sílaba suelta
Pd.-
Jesús dijo: En verdad os digo que si no os
convertís y os hacéis como niños,
no entraréis en el reino de los cielos.