J. J. M. Ferreiro escribió:
Me acerco y abro la ventana.
La noche tiene las piernas abiertas
y los muslos calientes.
Se derrama el placer de la sombra
en la sensualidad del cristal oscuro.
Miro la matriz donde nacen los astros
mientras el piano de Evans
cuartea los cuerpos que bailan.
Pienso en el memorable vencimiento
en la inutilidad de la resistencia
como la piedra que en el tiempo es arena.
Fuimos salvados muchas veces
cuando el deseo descubría el cansancio
y las manos desiertas,
como nidos vacíos, como ríos vacíos,
más vacíos que un agua sin contornos.
Cayendo año tras año
hasta el culto del esplendor
y los desastres de la pérdida.
Banderas que a lo lejos son la melancolía.
Me ha encantado este poema tuyo, Ferreiro. Tiene los elementos que emocionan: una poesía confesional donde el concretismo se mantiene para gratificar la lectura, sin perder su admirable fuerza expresiva que le nace del depurado tratamiento del lenguaje. me ha hecho sonreír esa personificación de la noche, muy acertada, por cierto. Sinceramente, es un poema que se acerca mucho a la contundencia comunicacional. Te felicito.
Un abrazo grande.
Óscar