A veces me dan ganas

[Francisco López Delgado]

A veces me dan ganas.
_________________________

A veces, cuando cierro los ojos y
mi cabeza se pone a cavilar,
me sumo en la nostalgia más profunda
y me entran ganas de volver atrás…

de hacerme niño y andar sobre la huella
de mis pasos, de amar y vibrar como
el bordón de mi guitarra, cuando la
tocaba enamorado, mirando las
estrellas junto a la orilla del mar.

Y otras, cuando miro a mi alrededor,
y contemplo mi triste realidad,
se me encoge el alma y me entran ganas de
de romperlo todo: el jarrón de la
entrada de mi casa, el carillón
de mi abuela… el arca castellana,
- ¡el cuadro de San Rafael! -, el perchero,
los paraguas…

de gritar “¡quiero vivir”! y pintar
de amarillo el balcón de mi terraza,
de prohibirle la entrada al vecino del
quinto, de no tomarme las pastillas,
de tirar por la borda mis tabúes
religiosos y dejar de escribir
mis cuentos y vulgares poesías…

de transgredir las normas que mantengo,
de subirme a la mesa y hacer
un montón tonterías…

de bailar con el palo de la escoba,
de comerme un plato de cocido,
de cantar y blasfemar, de hacerme un
tatuaje con tu nombre, de irme de
jarana con mis antiguos amigos…

Y sin embargo, sigo aquí, pegado
como un sello en mi sillón de cuero,
pendiente del foro de Editorial
Alaire, leyendo vuestros poemas
y esperando vuestros comentarios…

¡mientras me observa la fotografía
que tengo frente a mí, donde me muestro
con cara seria, con mi bufanda roja
y mi sombrero gris y mi mostacho…!

A veces me entran ganas, pero…
_________________________

Autor: Francisco López Delgado.
Todos los derechos reservados.

[Francisco López Delgado]

A veces me dan ganas.
_________________________

A veces, cuando cierro los ojos y
mi cabeza se pone a cavilar,
me sumo en la nostalgia más profunda
y me entran ganas de volver atrás…

de hacerme niño y andar sobre la huella
de mis pasos, de amar y vibrar como
el bordón de mi guitarra, cuando la
tocaba enamorado, mirando las
estrellas junto a la orilla del mar.

Y otras, cuando miro a mi alrededor,
y contemplo mi triste realidad,
se me encoge el alma y me entran ganas de
de romperlo todo: el jarrón de la
entrada de mi casa, el carillón
de mi abuela… el arca castellana,
- ¡el cuadro de San Rafael! -, el perchero,
los paraguas…

de gritar “¡quiero vivir”! y pintar
de amarillo el balcón de mi terraza,
de prohibirle la entrada al vecino del
quinto, de no tomarme las pastillas,
de tirar por la borda mis tabúes
religiosos y dejar de escribir
mis cuentos y vulgares poesías…

de transgredir las normas que mantengo,
de subirme a la mesa, y de hacer un
montón tonterías…

de bailar con el palo de la escoba,
de comerme un plato de cocido,
de cantar y blasfemar, de hacerme un
tatuaje con tu nombre, de irme de
jarana con mis antiguos amigos…

Y sin embargo, sigo aquí, pegado
como un sello en mi sillón de cuero,
pendiente del foro de Editorial
Alaire, leyendo vuestros poemas
y esperando vuestros comentarios…

¡mientras me observa la fotografía
que tengo frente a mí, donde me muestro
con cara seria, con mi bufanda roja
y mi sombrero gris y mi mostacho…!

A veces me entran ganas, pero…
_________________________

Autor: Francisco López Delgado.
Todos los derechos reservados.

[Manuel Alonso]

Me ha gustado mucho amigo, la cotidianidad y frescura del poema, es un placer. Por cierto, ayer me comí un cocido y estaba riquísimo. Te invito cuando quieras, un saludo.

[E. R. Aristy]

[quote="Francisco López Delgado"]
A veces me dan ganas.
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A veces, cuando cierro los ojos y
mi cabeza se pone a cavilar,
me sumo en la nostalgia más profunda
y me entran ganas de volver atrás…

de hacerme niño y andar sobre la huella
de mis pasos, de amar y vibrar como
el bordón de mi guitarra, cuando la
tocaba enamorado, mirando las
estrellas junto a la orilla del mar.

Y otras, cuando miro a mi alrededor,
y contemplo mi triste realidad,
se me encoge el alma y me entran ganas de
de romperlo todo: el jarrón de la
entrada de mi casa, el carillón
de mi abuela… el arca castellana,
- ¡el cuadro de San Rafael! -, el perchero,
los paraguas…

de gritar “¡quiero vivir”! y pintar
de amarillo el balcón de mi terraza,
de prohibirle la entrada al vecino del
quinto, de no tomarme las pastillas,
de tirar por la borda mis tabúes
religiosos y dejar de escribir
mis cuentos y vulgares poesías…

de transgredir las normas que mantengo,
de subirme a la mesa y hacer
un montón tonterías…

de bailar con el palo de la escoba,
de comerme un plato de cocido,
de cantar y blasfemar, de hacerme un
tatuaje con tu nombre, de irme de
jarana con mis antiguos amigos…

Y sin embargo, sigo aquí, pegado
como un sello en mi sillón de cuero,
pendiente del foro de Editorial
Alaire, leyendo vuestros poemas
y esperando vuestros comentarios…

¡mientras me observa la fotografía
que tengo frente a mí, donde me muestro
con cara seria, con mi bufanda roja
y mi sombrero gris y mi mostacho…!

A veces me entran ganas, pero…
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Autor: Francisco López Delgado.
Todos los derechos reservados.[/quote



Me ha gustado mucho este poema intrépido que logra traernos cerca del sillón de cuero y nos brinda humor, y poesía y epoché. ERA

[Carlos Justino Caballero]

A veces me dan ganas.
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A veces, cuando cierro los ojos y
mi cabeza se pone a cavilar,
me sumo en la nostalgia más profunda
y me entran ganas de volver atrás…

de hacerme niño y andar sobre la huella
de mis pasos, de amar y vibrar como
el bordón de mi guitarra, cuando la
tocaba enamorado, mirando las
estrellas junto a la orilla del mar.

Y otras, cuando miro a mi alrededor,
y contemplo mi triste realidad,
se me encoge el alma y me entran ganas de
de romperlo todo: el jarrón de la
entrada de mi casa, el carillón
de mi abuela… el arca castellana,
- ¡el cuadro de San Rafael! -, el perchero,
los paraguas…

de gritar “¡quiero vivir”! y pintar
de amarillo el balcón de mi terraza,
de prohibirle la entrada al vecino del
quinto, de no tomarme las pastillas,
de tirar por la borda mis tabúes
religiosos y dejar de escribir
mis cuentos y vulgares poesías…

de transgredir las normas que mantengo,
de subirme a la mesa y hacer
un montón tonterías…

de bailar con el palo de la escoba,
de comerme un plato de cocido,
de cantar y blasfemar, de hacerme un
tatuaje con tu nombre, de irme de
jarana con mis antiguos amigos…

Y sin embargo, sigo aquí, pegado
como un sello en mi sillón de cuero,
pendiente del foro de Editorial
Alaire, leyendo vuestros poemas
y esperando vuestros comentarios…

¡mientras me observa la fotografía
que tengo frente a mí, donde me muestro
con cara seria, con mi bufanda roja
y mi sombrero gris y mi mostacho…!

A veces me entran ganas, pero…
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Autor: Francisco López Delgado.
Todos los derechos reservados.

Muy identificado con tu buen decir, te envío un agrazo felicitando tus letras, poeta!

[Guillermo Cumar.]

Amigo Francisco, te conozco ahora un poco más y noto en ti esos detalles que pueden hacerse míos al instante y por defecto.
Te confiesas a las claras y como los años no pasan en balde y sabes lo que dices y sientes lo que sientes he de aplaudir ese pecado
venial que tienes por hacernos compañía con las ganas que de ti presumen.

Un abrazo