Yo tenía mi meta en el confín del mar

[M. Sánchez]

Siempre he sentido en la ciudad durmiente

el terciopelo de la melancolía. También

esos labios carnosos que construyen montones de palabras

sobre la locura.

El suelo se convierte en un descalzo sistema de valores

por donde caminar. Ovidio en su mudez

lo esconde eternamente: No hay rincones ocultos para la conciencia.

En el arte de ser somos un arco. Una parte

que sostiene el lenguaje de la felicidad

y opera en un esfuerzo compartido.

Cuánta belleza en lo ya derrumbado,

en lo que doy mi espacio y puedo imaginar.

Porque volver a ser

solo exige el orden planetario de la vista.

Definitivamente

no debo permitir que el amor y su vela

naveguen bajo cielos invisibles.

Yo tenía mi meta en el confín del mar.

[Carmen Pla]

Un poema que hace contemplar una mirada hacia dentro.
Qué natural y generosa visión de horizonte, Manuel.
Me ha gustado mucho.
Un fuerte abrazo

[Ramón Castro Méndez]

Un poema magnífico. Me rindo a su belleza.

Un abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Qué bien escribes, Manuel. Cuánta belleza en estos versos de delicada factura.

Con un final espectacular nos dejas con el alma en vino...

Un beso grande
y
enhorabuena
Ana

[M. Sánchez]

Un poema que hace contemplar una mirada hacia dentro.
Qué natural y generosa visión de horizonte, Manuel.
Me ha gustado mucho.
Un fuerte abrazo

Me alegra mucho, Carmen.
Ya solo me interesa la poesía que me produce placer.

Un abrazo y muchas gracias.

[M. Sánchez]

Un poema magnífico. Me rindo a su belleza.

Un abrazo.

Me alegra mucho tu comentario. Te agradezco tus palabras.
Un abrazo fuerte.

[M. Sánchez]

Qué bien escribes, Manuel. Cuánta belleza en estos versos de delicada factura.

Con un final espectacular nos dejas con el alma en vino...

Un beso grande
y
enhorabuena
Ana

Un beso, querida, Ana. Te agradezco mucho tu cariñoso comentario. Y me alegra que te haya gustado el poema.