Te supongo detenido en la asfixia de las letras.
Dubitativo en los caudales enfrentados
y los tramos de la piedad.
El tiempo ha suplantado vísceras, adormecido símbolos. Algunas fechas han muerto por inanición.
Te supongo bajo de fuerzas,
licitando lo imposible,
cotejando las migajas.
El espacio ha colgado sus fresas en el armario; desde ahí lucha por la sed de los vínculos.
Te supongo invariable en la cita del beso,
erguido ante las promesas de la manzana,
unánime en la pericia del ángel guardián.
El azar pregona su azul más poderoso. Ven conmigo hasta la meseta de los juegos felices.
Nota: la imagen es una obra de Karla Bohácek.