Gato; callejón de motivos infranqueables.
En el albergue de tus ojos,
recuerda la simbiosis de los espejos.
Clama, clama, la necesidad de abarcar tus pupilas.
Me tocas, esperpento de luz. He nacido mirándote.
No parecías viajar en la alegoría de mis trenes
ni ser fotosíntesis en mis dedos.
Era el embudo contencioso del tiempo,
granítico roce de auras,
alquitrán de esperas.
Has hecho del iris una galaxia de mimos,
una conjunción de brazos perfectos.
Hoy te sé, me sabes, destello crucial,
en la huidiza memoria de todos los amantes.
.
![Imagen](https://literaturacastellanaangeleta.files.wordpress.com/2012/05/callejon-garo-2.jpg)