En la antesala de la primavera

[jose manuel saiz]

EN LA ANTESALA DE LA PRIMAVERA
(o cuando los hombres silban a los pájaros)


Escuchar el primer canto de un pájaro
al despuntar la primavera,
suele ser, cuando menos,
un acontecimiento hermoso.
Alegra el alma –dicen–
y concita al amor y a la esperanza.

Oigo cantar a un pájaro
detrás de mi ventana.
No puedo verlo,
pero está en el jardín, sobre los árboles,
oculto entre las ramas del cerezo.
Silba una y otra vez el mismo trino,
la misma clave.
Consigue, en su insistencia,
despertar mi atención con su reclamo
(y me animo a imitar un rato
su básico silbido con mis labios).

Abro la ventana.
Percibo el aire
sutil de primavera.
Respiro. Silbo.
Busco emular el canto
del pájaro invisible.
Hago una pausa.
Responde –o eso parece–
y empezamos un diálogo
basado en el instinto.
Me toma por un pájaro rival
o, quizá, por qué no, por una hembra
en celo de su especie.
Yo busco, simplemente,
ser cómplice casual de su misterio.

Cuando, al fin, se dé cuenta del engaño
se irá,
y yo me quedaré pensando
que el canto de un jilguero
es buen pretexto para abrir,
en marzo, mis ventanas.

(Lo que piensa realmente el pájaro)
La tenían.
Sí, tenían razón el ganso
y la cigüeña.
En las tierras del norte,
del viento y de la lluvia,
donde es más cruel la pugna
en busca de alimento,
en primavera, cuando las flores
adornan los cerezos,
cuando verdea el campo y las semillas
asoman de la tierra,
no se hace extraño ver en las ventanas
a los primeros hombres
que silban a los pájaros.
Significa que vuelve
el instinto del celo y de la cría.
Me voy de este jardín
y de este patio
ahora que, por fin, un hombre
responde a mi señuelo,
no sea que me tome
por un jilguero que confunde
un mal silbido humano
con el trino de una hembra
de mi especie.

¡Qué curiosa es la vida! ¡Qué inauditas
sus manifestaciones!
Y, sin embargo,
¡qué necesarios son los hombres
que silban a los pájaros!


--oOo--

[Rafel Calle]

Hermoso y bien plantado trabajo de José Manuel.

[Guillermo Cumar.]

El pájaro que canta, el árbol que lo hojea, una abeja en cada flor. Eso es primavera y tu poema dando vida al foro y el jugo de los campos
que despiertan la palabra y el color de las aromas y el respeto y el amor.

Felicidades

Un abrazo

[Carmen Pla]

Un poema muy resuelto, lleno de ecos primaverales.
Un placer de lectura, José Manuel.
Un abrazo