Voces de la infancia

[Antonia Mauro]

Estaba el señor don gato
sentadito en su tejado.

Abuela, cántamela otra vez.

Y la cantaba de nuevo con las mismas ganas y esa sonrisa
de estrella de Broadway que quiso ser.

Murió hace más de veinte años y en ocasiones sigue escuchándola.

¡Puta, te voy a matar!

Aprieta muy fuerte sus manos contra las orejas
y escucha a su abuela
igual que cuando era niña.

Estaba el señor don gato.

Oye el llanto y al momento se la acercan a su vientre.
Es una niña.
Le canta como le cantó su abuela mientras le promete que
nunca tendrá que apretar muy fuerte las manos
contra su cabeza para poder escucharla.

Sentadito en su tejado
marramiau miau miau miau.



***************
A las mujeres que son golpeadas, humilladas, vejadas y asesinadas a manos de sus parejas.
Los tres versos iniciales, pertenecen a una conocida canción infantil.

[Raul Muñoz]

Un poema más que necesario porque el abuso está a la orden del día. Suelen ser invisibles los golpes mientras miramos hacia otro lugar. Tú no lo haces en este valioso poema e introduces un terrible golpe en medio de una canción infantil, porque por desgracia así es y hay que decirlo alto y bien claro.

Me alegro de leerte, Elena

Abrazo.

[Marisa Peral]

Estaba el señor don gato
sentadito en su tejado
marramiau miau miau miau

-abuela cántamela otra vez-


***************
A las mujeres que son golpeadas, humilladas, vejadas y asesinadas a manos de sus parejas.
Los tres versos iniciales, pertenecen a una conocida canción infantil.

Antonia, este poema sencillo es grandísimo, totalmente necesario porque esta lacra no parace tener final.
Mis dos nietas -niñas pequenitas- también me piden que les cante.
Rechazo el sólo pensamiento de que puedan ser agredidas, ni ahora ni nunca.
Gracias por este reivindicación y homenaje a tantas niñas y mujeres que sufren esta violencia.
Felicidades y un abrazo.

[Guillermo Cumar.]

El dicho de que entre col y col lechuga sirve de modelo para sentir que hay voces que están al lado del gato y voces
al lado de la distancia y cerca del abismo. La sencillez te honra aunque por otro lado se ponga artificiosa sin ningún merecimiento.

un abrazo

[Pilar Morte]

Qué dulce y qué bien nos lleva hasta el final. Me encantó.
Besos
Pilar

[Rafel Calle]

Bella y muy ingeniosa propuesta de Elena, para un asunto lamentablemente muy en boga.

[Pablo Ibáñez]

Elena,

me ha gustado el poema, amiga. Me gusta la cruda contraposición de la tierna voz infantil, el ambiente de la abuela, etc, con la escalofriante amenaza del maltrato. Consigues una sorpresa que atrapa y estremece.

Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Estos poemas tuyos que menten el verso en la llaga, me parecen,a parte de artísticamente de gran calidad, también muy necesarios para la reflexión en la empatía, y socialmente imprescindibles.

Un bico.

[Luis M]

Un excelente poema en todos sus aspectos: el mensaje, la forma, la originalidad... Un logrado contraste entre sencillez, belleza y crudeza para denunciar una lacra absolutamente inadmisible en nuestra sociedad.
Muy bueno, compi. Un beso.

[E. R. Aristy]

Estaba el señor don gato
sentadito en su tejado
marramiau miau miau miau

-abuela cántamela otra vez-

y se la cantaba otra vez, con las mismas ganas que la primera,
como la estrella de broadway que nunca fue.

La abuela murió hace más de veinte años y ella sigue escuchándola

-puta, te voy a matar-

y aprieta muy fuerte sus manos contra las orejas y escucha a su abuela
igual que cuando era niña

estaba el señor don gato...

oye el llanto y al momento se la acercan a su vientre

-es una niña-

y le canta como le cantó su abuela mientras le promete
que nunca tendrá que apretar muy fuerte
las manos contra su cabeza
para poder escucharla:

sentadito en su tejado
marramiau miau miau miau.


Antonia Mauro del Blanco



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A las mujeres que son golpeadas, humilladas, vejadas y asesinadas a manos de sus parejas.
Los tres versos iniciales, pertenecen a una conocida canción infantil.

Que buen volver a leerte, Antonia. La forma en que abordas los temas es en sí la preservación de la cultura. Lo haces en modo natural, y éste poema en particular se nutre en gran manera de la intertextualidad, y le da su propia tonalidad y significado. El contraste es significativo a la vez entre una rima infantil y una niña o mujer abusada, denigrada. Te felicito y deseo seguir leyendo tu fascinante y significativa Poesía. Abrazos, ERA

[Israel Liñán]

Impactante poema, relatas una realidad que no debemos permitir, espero que tenga solución algún día y que las listas no sigan aumentando.

Un saludo.

[Antonia Mauro]

Un poema más que necesario porque el abuso está a la orden del día. Suelen ser invisibles los golpes mientras miramos hacia otro lugar. Tú no lo haces en este valioso poema e introduces un terrible golpe en medio de una canción infantil, porque por desgracia así es y hay que decirlo alto y bien claro.

Me alegro de leerte, Elena

Abrazo.

Hola, Raul. Esa canción entre otras me la cantaba mi abuela, siempre estaba cantando, era muy alegre a pesar de haber tenido una vida muy dura para criar a sus hijos, se quedó viuda con cuatro niños pequeños, a los 33 años.. Afortunadamente mi abuela no sufrió malos tratos, su hija que era mi madre sí. Y no terminó ahí.
Hace un rato veía en informativos a Nadia, una niña de cinco años que bailaba con su madre adoptiva. Nadia no bailará más, la ha asesinado la expareja de su madre.

Un saludo y muchas gracias.

[Ana Muela Sopeña]

Tremendo poema, Antonia, y muy bien llevado:

Esta lacra es horrible y me pregunto cómo se puede solucionar...

Un fuerte abrazo
Ana

[Alejandro Costa]

Potente, doloroso y grandísimo escrito.

A la vez que necesario.

Gracias por el rescate.

Besos.

[Antonia Mauro]

Estaba el señor don gato
sentadito en su tejado
marramiau miau miau miau

-abuela cántamela otra vez-


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A las mujeres que son golpeadas, humilladas, vejadas y asesinadas a manos de sus parejas.
Los tres versos iniciales, pertenecen a una conocida canción infantil.

Antonia, este poema sencillo es grandísimo, totalmente necesario porque esta lacra no parace tener final.
Mis dos nietas -niñas pequenitas- también me piden que les cante.
Rechazo el sólo pensamiento de que puedan ser agredidas, ni ahora ni nunca.
Gracias por este reivindicación y homenaje a tantas niñas y mujeres que sufren esta violencia.
Felicidades y un abrazo.

Hola, Marisa.
No tendrá final, es un suma y sigue. A todas horas, todos los días.
Yo también rechazo esa idea.
Mi hija acaba de cumplir los 18. No podemos permitir que les pase lo mismos que les pasó a nuestras madres,
en este caso a mi madre. Yo heredé algunas cosas de ella.
Un abrazo. Muchas gracias a ti.