Predicamos

[Raul Muñoz]

Hierven los hilos. El vaso de cristal
comprende tu propio peso ahogado;
el vacío del hidrógeno cuando teje
la voz que se enhebra al oxígeno.

Este chorro destrozado. Aglutinada
luz que se apaga por este cuerpo y
sale ausente de tu casa; tu madre
no sabrá qué decir, si el vaso está
medio vacío o medio lleno.

Sólo el mugido de la carne blanca
estirando el chicle por este poema:
vomitona por las cañerías rojas
depositando este vapor violeta,
como este animal desencajado
que ahora rompe su mandíbula
implorando por un hilo roto.

No puedo oír tus lamentos:
este miedo sin aniversario
no tiene fecha de caducidad.

Por la calle florida te llevan
dos caballos piensan en mí.
Me bebe la sal a puñados
sin objeto estoy nerviosa
mientras todavía espero.

Cómo saltaría un poema
me preguntas brincando
y por estas palabras caes:
sin sujeto me amas.

Por toda respuesta una plegaria
por el padre nuestro te preño
indefinidamente atada al sol
por esta cadena insignificante
nos enlazamos sin saber más
que lo que ahora ignoramos:
por esta acusación sin recibo
mal pagamos tantas deudas.

Ves la selva por el retrovisor
y dejas un acorazado símbolo,
atrás comprimes la cabeza;
ensangrentada me adoras
y me desenredas sin saber,
si acaso pudieras sujetar
la cabeza por este alfiler
que desgrana tus pupilas
y la grasa de tus caderas:
el miedo que te sujeta
sin vida por el hueco
de tu obscura vagina.

Despierta el sudor la lavanda
cae este vaso y no te rompes;
indecisa cabalgas, te llevan
por la calle florida, te mueres;
dos caballos te cruzan la cara
y golpeas con lágrimas azules
mi cabeza en desarrollo.

No acabo de nacer, aunque
se rompan todos los vasos
no hay calma para esta sed
que predicamos.

[Maria Rodriguez]

Intimista este poema, ... en el vaso medio lleno o medio vacio, se encuentra el equilibrio del ser.
Feliz domingo Raul
Maria

[Mirta Elena Tessio]

Hierven los hilos. El vaso de cristal
comprende tu propio peso ahogado;
el vacío del hidrógeno cuando teje
la voz que se enhebra al oxígeno.

Este chorro destrozado. Aglutinada
luz que se apaga por este cuerpo y
sale ausente de tu casa; tu madre
no sabrá qué decir, si el vaso está
medio vacío o medio lleno.

Sólo el mugido de la carne blanca
estirando el chicle por este poema:
vomitona por las cañerías rojas
depositando este vapor violeta,
como este animal desencajado
que ahora rompe su mandíbula
implorando por un hilo roto.

No puedo oír tus lamentos:
este miedo sin aniversario
no tiene fecha de caducidad.

Por la calle florida te llevan
dos caballos piensan en mí.
Me bebe la sal a puñados
sin objeto estoy nerviosa
mientras todavía espero.

Cómo saltaría un poema
me preguntas brincando
y por estas palabras caes:
sin sujeto me amas.

Por toda respuesta una plegaria
por el padre nuestro te preño
indefinidamente atada al sol
por esta cadena insignificante
nos enlazamos sin saber más
que lo que ahora ignoramos:
por esta acusación sin recibo
mal pagamos tantas deudas.

Ves la selva por el retrovisor
y dejas un acorazado símbolo,
atrás comprimes la cabeza;
ensangrentada me adoras
y me desenredas sin saber,
si acaso pudieras sujetar
la cabeza por este alfiler
que desgrana tus pupilas
y la grasa de tus caderas:
el miedo que te sujeta
sin vida por el hueco
de tu obscura vagina.

Despierta el sudor la lavanda
cae este vaso y no te rompes;
indecisa cabalgas, te llevan
por la calle florida, te mueres;
dos caballos te cruzan la cara
y golpeas con lágrimas azules
mi cabeza en desarrollo.

No acabo de nacer, aunque
se rompan todos los vasos
no hay calma para esta sed
que predicamos.

Dices mas de lo que escribes poeta. ES un poema para volver y volver a leer.
De todos modos" no hay nada que calme esa sed. Un abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Hierven los hilos. El vaso de cristal
comprende tu propio peso ahogado;
el vacío del hidrógeno cuando teje
la voz que se enhebra al oxígeno.

Este chorro destrozado. Aglutinada
luz que se apaga por este cuerpo y
sale ausente de tu casa; tu madre
no sabrá qué decir, si el vaso está
medio vacío o medio lleno.

Sólo el mugido de la carne blanca
estirando el chicle por este poema:
vomitona por las cañerías rojas
depositando este vapor violeta,
como este animal desencajado
que ahora rompe su mandíbula
implorando por un hilo roto.

No puedo oír tus lamentos:
este miedo sin aniversario
no tiene fecha de caducidad.

Por la calle florida te llevan
dos caballos piensan en mí.
Me bebe la sal a puñados
sin objeto estoy nerviosa
mientras todavía espero.

Cómo saltaría un poema
me preguntas brincando
y por estas palabras caes:
sin sujeto me amas.

Por toda respuesta una plegaria
por el padre nuestro te preño
indefinidamente atada al sol
por esta cadena insignificante
nos enlazamos sin saber más
que lo que ahora ignoramos:
por esta acusación sin recibo
mal pagamos tantas deudas.

Ves la selva por el retrovisor
y dejas un acorazado símbolo,
atrás comprimes la cabeza;
ensangrentada me adoras
y me desenredas sin saber,
si acaso pudieras sujetar
la cabeza por este alfiler
que desgrana tus pupilas
y la grasa de tus caderas:
el miedo que te sujeta
sin vida por el hueco
de tu obscura vagina.

Despierta el sudor la lavanda
cae este vaso y no te rompes;
indecisa cabalgas, te llevan
por la calle florida, te mueres;
dos caballos te cruzan la cara
y golpeas con lágrimas azules
mi cabeza en desarrollo.

No acabo de nacer, aunque
se rompan todos los vasos
no hay calma para esta sed
que predicamos.

No me parece un poema fácil en su interpretación. Lo leeré otras veces y seguro que encontraré aristas, reflejos, intenciones y confesiones que ahora me han pasado por alto. Te veo en forma, muy convencido de lo que estás haciendo, decidido. Es una buena vía. Abrazos y felicitaciones, amigo Raúl
Salud.

[Concha Vidal]

Opino como Julio, este poema tiene muchas indicaciones, me gustan mucho las metáforas empleadas, el chicle que estira, ,toda la intención tan elaborada que rezuma.
Abrazos Raúl, mediterráneos por supouesto

[Armilo Brotón]

De este buen poema, estimado Raúl, me queda el sabor agridulce de una pulsión sexual que se entremezcla con su origen y destino. Muy característico de este género animal que clasifica filogenéticamente como Homo. En cada acción, sea del tipo que sea, añade sus angustias, recuerdos, inquietudes.
Muy buenas las metáforas e imágenes que adornan tu poema y trabajado ritmo.
Un abrazo

[Guillermo Cumar.]

Tu predicas y das trigo, trigo poético inspirado en consonancia con la espiga.

un abrazo

[Marisa Peral]

[quote="Raul Muñoz"]


Estás en forma Raúl, un poema introspectivo y complicado pero con una belleza indudable.
Me alegra leerte, compañero.
Un abrazo.

[Raul Muñoz]

Intimista este poema, ... en el vaso medio lleno o medio vacio, se encuentra el equilibrio del ser.
Feliz domingo Raul
Maria

Sí María es algo de equilibrio lo que busco en este poema, pero no acabo de encontrarlo, no cesa esta inquietud.

Gracias por leer mis cosas

abrazo

[Raul Muñoz]

Hierven los hilos. El vaso de cristal
comprende tu propio peso ahogado;
el vacío del hidrógeno cuando teje
la voz que se enhebra al oxígeno.

Este chorro destrozado. Aglutinada
luz que se apaga por este cuerpo y
sale ausente de tu casa; tu madre
no sabrá qué decir, si el vaso está
medio vacío o medio lleno.

Sólo el mugido de la carne blanca
estirando el chicle por este poema:
vomitona por las cañerías rojas
depositando este vapor violeta,
como este animal desencajado
que ahora rompe su mandíbula
implorando por un hilo roto.

No puedo oír tus lamentos:
este miedo sin aniversario
no tiene fecha de caducidad.

Por la calle florida te llevan
dos caballos piensan en mí.
Me bebe la sal a puñados
sin objeto estoy nerviosa
mientras todavía espero.

Cómo saltaría un poema
me preguntas brincando
y por estas palabras caes:
sin sujeto me amas.

Por toda respuesta una plegaria
por el padre nuestro te preño
indefinidamente atada al sol
por esta cadena insignificante
nos enlazamos sin saber más
que lo que ahora ignoramos:
por esta acusación sin recibo
mal pagamos tantas deudas.

Ves la selva por el retrovisor
y dejas un acorazado símbolo,
atrás comprimes la cabeza;
ensangrentada me adoras
y me desenredas sin saber,
si acaso pudieras sujetar
la cabeza por este alfiler
que desgrana tus pupilas
y la grasa de tus caderas:
el miedo que te sujeta
sin vida por el hueco
de tu obscura vagina.

Despierta el sudor la lavanda
cae este vaso y no te rompes;
indecisa cabalgas, te llevan
por la calle florida, te mueres;
dos caballos te cruzan la cara
y golpeas con lágrimas azules
mi cabeza en desarrollo.

No acabo de nacer, aunque
se rompan todos los vasos
no hay calma para esta sed
que predicamos.

Dices mas de lo que escribes poeta. ES un poema para volver y volver a leer.
De todos modos" no hay nada que calme esa sed. Un abrazo.

Así es, Mirta , hay un acercamiento a lo que no se puede nombrar ni pensar con claridad. Hay varias capas de barniz porque no sé cómo acercarme al centro sin ser engullido. El centro sería la consolación narcisista de autosuficiencia; ser madre e hijo al mismo tiempo. Deshacer el paradigma de la singularidad, cierto trasvase más allá de las membranas. Quizá por ello acabe en el imposible de la sed, un predicado sin sujeto ( creo que no es posible esto en el lenguaje y sí en la música ).

Más o menos esto puedo decir del poema, en demasía hermético.

Muchas gracias por detenerte en mis cosas.

Un abrazo.

[Rafel Calle]

Hermoso trabajo de Raúl.

[Pilar Morte]

Es grato adentrarse en el laberinto de tus poemas, en esas imágenes logradas que dan hermetismo al conjunto.
Besos
Pilar

[Raul Muñoz]

Hierven los hilos. El vaso de cristal
comprende tu propio peso ahogado;
el vacío del hidrógeno cuando teje
la voz que se enhebra al oxígeno.

Este chorro destrozado. Aglutinada
luz que se apaga por este cuerpo y
sale ausente de tu casa; tu madre
no sabrá qué decir, si el vaso está
medio vacío o medio lleno.

Sólo el mugido de la carne blanca
estirando el chicle por este poema:
vomitona por las cañerías rojas
depositando este vapor violeta,
como este animal desencajado
que ahora rompe su mandíbula
implorando por un hilo roto.

No puedo oír tus lamentos:
este miedo sin aniversario
no tiene fecha de caducidad.

Por la calle florida te llevan
dos caballos piensan en mí.
Me bebe la sal a puñados
sin objeto estoy nerviosa
mientras todavía espero.

Cómo saltaría un poema
me preguntas brincando
y por estas palabras caes:
sin sujeto me amas.

Por toda respuesta una plegaria
por el padre nuestro te preño
indefinidamente atada al sol
por esta cadena insignificante
nos enlazamos sin saber más
que lo que ahora ignoramos:
por esta acusación sin recibo
mal pagamos tantas deudas.

Ves la selva por el retrovisor
y dejas un acorazado símbolo,
atrás comprimes la cabeza;
ensangrentada me adoras
y me desenredas sin saber,
si acaso pudieras sujetar
la cabeza por este alfiler
que desgrana tus pupilas
y la grasa de tus caderas:
el miedo que te sujeta
sin vida por el hueco
de tu obscura vagina.

Despierta el sudor la lavanda
cae este vaso y no te rompes;
indecisa cabalgas, te llevan
por la calle florida, te mueres;
dos caballos te cruzan la cara
y golpeas con lágrimas azules
mi cabeza en desarrollo.

No acabo de nacer, aunque
se rompan todos los vasos
no hay calma para esta sed
que predicamos.

No me parece un poema fácil en su interpretación. Lo leeré otras veces y seguro que encontraré aristas, reflejos, intenciones y confesiones que ahora me han pasado por alto. Te veo en forma, muy convencido de lo que estás haciendo, decidido. Es una buena vía. Abrazos y felicitaciones, amigo Raúl
Salud.

Se hace hermético con cierta intención, mantener una tensión o hacerla explícita. La escena o paisaje tiene visos de realidad ( la calle florida es el nombre real de una calle donde viví de pequeño ).

Por qué el hermetismo? Tal vez sea por querer mantener un cofre secreto, entre otras cosas, que ni alcanzó a saber. También por resistirme a ser destruido por el mismo poema ( miedo a la muerte, a ser un triste mortal ). Ya me gustaría llegar a esa rotunda sencillez de un Gamoneda, cuando dice... " Sientate ya a contemplar la muerte..."

Me alegra que sea de tu interés, Julio.

Un abrazo, amigo

[Raul Muñoz]

Opino como Julio, este poema tiene muchas indicaciones, me gustan mucho las metáforas empleadas, el chicle que estira, ,toda la intención tan elaborada que rezuma.
Abrazos Raúl, mediterráneos por supouesto

Pues me alegro de te guste Concha, un chicle da más de sí que uno mismo.

Un abrazo que llegue azul

[Luis M]

Me parece un poema muy personal, en clave surrealista, pero que resulta atractivo y hermoso al lector por la potencia de algunos versos y ese algo difícilmente explicable que tiene toda buena expresión artística, de momento yo me quedo con eso de ver la selva por el retrovisor.. Mis felicitaciones y abrazo, amigo Raul.