El susto, capítulo 13 de "La deriva"
Moderador: Hallie Hernández Alfaro
- Ramón Carballal
- Mensajes: 21345
- Registrado: Vie, 28 Dic 2007 16:24
- Ubicación: A Coruña
- Contactar:
El susto, capítulo 13 de "La deriva"
Le dolía la barriga y acabó por escupir moco verde. Nada serio, “otra vez la adenitis”-dijo Laura. Al pobre Gabi ,con reiteración cíclica, se le inflaman los ganglios abdominales, empieza por quejarse del estómago, pierde apetito y a los pocos días llega su amigo, el vómito.
-me duele, papá
-ya lo sé, hijo. No quieres desayunar, verdad
-No , papá
-Bueno, vas a beber aquarius a poquitos
-es que no me gusta nada, ¿no podría beber agua?
-Si es con azúcar, sí
Gabi se lo piensa un momento.
-agua con una cucharada de azúcar-dice con gesto serio.
-Vale, te lo voy a preparar, y no te eches en el sofá, mejor te quedas sentado
Hoy no podrá ir al colegio, es la cuarta vez en los últimos cuatro meses, a vómito por mes, es un incordio y encima no hay forma de prevenirlo, “le pasara a medida que se vaya haciendo mayor”-dijo el pediatra , mientras tanto pierde peso con la dieta blanda y las pocas ganas de comer, y pierde clases ,eso es lo que menos le gusta a Laura. Gabriel la tranquiliza diciéndole que a estas edades no tiene importancia que falte algo al colegio, y debe ser cierto porque Gabi hace progresos él solo con la lectura y los números , es muy listo dice su madre. Gabriel piensa que el niño no tiene nada de tonto pero que Laura exagera, pasión de madre, sin duda. A él lo que le fastidia es ver así a su hijo, sin ganas de hablar, pálido como papel de fumar, con lo alegre que es, en fin, va a darle las cucharaditas de agua con azúcar, primero una cada cinco minutos, si las tolera, podrá tomar algo sólido, arroz hervido y pechuga de pollo a la plancha, pero de eso mejor que se encargue Laura, cuando llegue. Tendrá que avisar a la Academia, don Anselmo se va a enfadar, se está ausentando demasiado, es una mala temporada, don Anselmo, si, Gabriel, pero esto no es la enseñanza pública, aquí los alumnos pagan y no les hace gracia que faltes tanto, recuperaré las horas, don Anselmo, se lo prometo, hablaré con ellos ,si es necesario vendré el sábado . Don Anselmo ha sido padre de tres niños y de tres niñas, sabe perfectamente lo que pasa con los críos, cuando no tienen un virus, tienen la gripe y cuando no, varicela o bronquitis, lo que ocurre es que es el dueño de la academia y el negocio está por encima de todo, seguro que no es grave, además, que se arregle con Laura que debe pensarse que esto de la Academia es jauja, vamos hombre. Hoy la pediatra de Gabi no tiene consulta, qué casualidad, habrá que llevarlo al Materno como las últimas veces, es una lata porque siempre le toca uno diferente, a ver quien está de guardia, como sea el cubano mejor no se lo digo a Laura, no lo traga desde que la llamo histérica tras llevarlo a urgencias por un simple catarro.
A la media hora decide que tienen que mirarlo, no hace más que devolver los líquidos, vamos Gabi, no puedo moverme, papá, anda, ven- le pone los zapatos- colabora, hombre. Gabi estira los dedos y los zapatos encajan en sus pies chupando aire como si fueran dos envases al vacío, ponte esta chaqueta, Gabi casi no se sostiene, su padre le da una bolsa de Carrefour en previsión de una nueva oleada de vómitos, bajan al garaje, cuando salen del ascensor las luces se encienden automáticamente, su coche es como un perrillo que cuando los ve amaga una sonrisa. Gabriel acomoda a su hijo en la sillita de atrás, le cruza el cinturón de seguridad de arriba abajo y lo bloquea en el anclaje, mira, hijo, si te dan ganas de escupir usas esta bolsa, la pones así ves. Gabriel hace un gesto como de meter la cabeza en la bolsa, y lo echas ahí dentro, no te lo tragues que es peor, me has entendido, si, papá, dice Gabi con voz desmayada. El coche diesel arranca con ronroneo de camioneta asmática, giro a la izquierda sorteando columnas, sigue la flecha que indica la salida, los faros iluminan las franjas amarillas y rojas de las paredes, antes de llegar a la primera rampa vuelve a tener la impresión de que hay una persona que se interpone en su trayecto, una sombra que se desplaza, no es más que una ilusión óptica que se repite continuamente, segunda rampa sin apariciones, parada para utilizar el mando, apunta, presiona el botón, mala suerte, la puerta no responde, lo que faltaba, sale del auto y abre manualmente, me duele mucho, papá. Gabriel esta empezando a ponerse nervioso, enseguida llegamos, ya verás, el coche circula con agilidad porque el tráfico no es denso, ya están a las puertas del hospital, lo malo es aparcar, mira hacia atrás, tiene mal aspecto, es igual, aparcará en doble fila, es una emergencia, justo en el momento en que va a liberarlo del cinturón, Gabi no puede más y escupe una catarata de agua amarillenta, su padre lo toma en brazos y se olvida de cerrar con llave el coche, el niño no ha perdido el sentido pero se queja de fuertes dolores en el abdomen y en la nuca, en la consulta no hay nadie esperando, la enfermera nada más verlo le ordena que pase, quítele la ropa y que se tienda ahí, dice señalando una camilla, es el médico cubano el que está de guardia, lo explora, esto es apendicitis aguda, que lo internen de inmediato, daré orden para que llamen al cirujano inmediatamente, llámenlo a su teléfono particular si hace falta, esto no puede esperar, si no es peritonitis debe faltar poco.
"El poema eres tú recomponiendo el espejo que cada día rompes".
"Comprender es unificar lo invisible".
"Elijo la lluvia, porque al derramarse, muere".
"El mar está aquí, en tu silencio".
-
- Mensajes: 19647
- Registrado: Mié, 16 Ene 2008 23:20
Re: El susto "fragmento de La deriva"
Aplausos sonoros, amigo mío.
"He guardado la Luna en los cajones
por si vuelves de noche que te alumbre;
no te tardes, papá, que sin la lumbre
de tu amor no se encienden los fogones.'"
Esta cárcel sin ti, Ramón Olivares