no te lanzaré piedras,
ni líquen verdoso y agrio ,
ni siquiera,
truchas cabeza abajo
aunque vayan río arriba.
Camina tus piernas tranquilo por él :
asómate a sus ojos, les he puesto rímmel por ti
para que te seduzca su parpadeo verdinegro,
para que vean en maquillaje panorámico,
unidimensional, sin trampantojo posible
cómo …
te empujo al rio…
…¿ Serás capaz de remontar los nudos de las corrientes
y encontrar mi nacimiento en vez de ahogarte
como se ahogan los solos. ?
(Espero, la esperanza y yo ya somos inseparables, vamos cosidas una a la otra, como Peter Pan a su sombra, por cierto, se la cosi yo,
¿que qué espero? Nada y todo en Alicante, brillante y precioso estrenando Enero)