Pilar Morte escribió:Nos enseñan, nos muestran el dolor y nos creen acostumbrados. Es una ironía, porque duele, y mucho.
Me estoy acostumbrando,
y la inanición brota
en el telediario de mi pecho.
Yo, que siempre tuve la antorcha
encendida,
veo que solo queda humo
oscureciendo el horizonte.
Me estoy acostumbrando,
y voy dejando de sentir en mi puerta
el golpeteo de nudillos
de la resaca de los mares.
Están tan lejos los cuerpos desnudos,
tan repetidas las palabras,
que se va agostando su eco.
No estoy acostumbrada, me lo dice el temblor,
pues quedan lágrimas en la garganta,
aunque, eso sí,
lastimadas por el silencio.
¡Qué esplendidez de metáforas! ¡Qué brillante exhibición de facultades poéticas!
Me ha alegrado mucho comprobar que, pasado el tiempo, tu poesía crece sin cesar y alcanza el cielo del ingenio y la emoción.
Besos, querida y admirada amiga.
Jerónimo