En silencio, muy leve renace el color.

[curra anguiano]

En silencio, muy leve renace el color.


Silencio que habla
y pone en marcha la vida,
silencio de consejos atentos
y algún sueño,
de los que al vivir,
transpiran.


Leve, como aquella muñeca,
en la estación con ternura,
y más aplomo que un guerrero,
pero bordeada de inmensa y
embaucada ternura.



Renacer, a ese sentido divino,
a ese verde cómplice,
a ese, no se que es,
pero empuja.



Colores los del cielo,
la tarde tibia,
de la noche peligrosa,
luces de amigos y vidas,
de historias entrecortadas,
oliendo a gente buena,
a platónicas verdades,
grados de un resueño,
de un beso,
de manos entrelazadas,
de místico cariño,
con el que rezo,
por el que vivo.