Muy agradecido, Pepa, por la gentileza de tus palabras.Josefa A. Sánchez escribió:El recuerdo se hace vivo en la palabra y destila amor a través de los poros de las letras. Un placer venir.
Un abrazo.
Pepa
Un abrazo con afecto.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Muy agradecido, Pepa, por la gentileza de tus palabras.Josefa A. Sánchez escribió:El recuerdo se hace vivo en la palabra y destila amor a través de los poros de las letras. Un placer venir.
Un abrazo.
Pepa
Pilar Morte escribió:Emotivo poema de recuerdos generosos que me han hecho sentirme en sus versos. Un gusto leerte
Besos
Pilar
Andreas S. escribió:Delicado y hermoso este poema, Ramón.Ramón Castro Méndez escribió:A mi querida tía Alicia... allá donde se encuentre.
De una generación de la que apenas queda
el polvo y la ceniza y algunos huesos machacados por el tiempo,
que, alguna vez, pudieron ser preclaras osamentas,
se va, sin querer irse, en un tejer y destejer de su, ahora, fútil tiempo,
aquélla que parecía la más débil en su menudo cuerpo.
Se va y nos deja grabados en la memoria
-a una caterva de aquéllos que un día fuimos niños
y de los que, sin ser madre, en algún momento cuidó-
la voluntad y la abnegación como preciados recuerdos,
catálogo de una vida, a su manera, plena:
sus rezos, el rosario nocturno, estampas de Vírgenes diversas,
su empeño en hacer de beatos santos...
Atrás se quedan las migas del rico Epulón,
el puente que fue derribado durante la guerra,
la vieja Habana, en fotos, que su padre recorrió,
lugares que, sin conocerlos, se le hacían tangibles,
el retrato de aquél niño que parecía una niña,
enmarcada su cara por largos y dorados rizos,
el cine Riviera, con sus matinées, la playa Marianao y el malecón,
el limonero y los viejos perales de la huerta...
¡Son tantos los recuerdos que toman aposento en mi memoria!
Ella que de lo que carecía nunca hizo necesidad,
la que a su cariño nunca puso condiciones,
a quien querías sin remedio, sin darte apenas cuenta;
se va como vivió, austera, con esa fortaleza que solo otorga el silencio.
Aquí se queda su viejo y amado El Espín, donde entierra su corazón
y desde donde su alma asciende a un cielo eterno,
del que la Providencia ha hecho hoy, en su virtud, un luminoso cielo.
Sin duda se sienten de forma especial aquellos versos escritos con el corazón en un puño, como estos. Encierran tanta verdad que traspasan. Son versos sinceros, tiernos y emotivos, plagado de preciosas imágenes, como las del limonero y los viejos perales de la huerta.
Felicidades. Saludos.
E. R. Aristy escribió:Oh! Para mi esta es la poesía por excelencia. Un tributo a la vida cotidiana rodeado de esos personajes de nuestras vidas. Gracias por dejarnos internar en esta capsula poética e ir abriendo esos profundos cajones del corazón. Te felicito Ramon! Abrazos, ERARamón Castro Méndez escribió:A mi querida tía Alicia... allá donde se encuentre.
De una generación de la que apenas queda
el polvo y la ceniza y algunos huesos machacados por el tiempo,
que, alguna vez, pudieron ser preclaras osamentas,
se va, sin querer irse, en un tejer y destejer de su, ahora, fútil tiempo,
aquélla que parecía la más débil en su menudo cuerpo.
Se va y nos deja grabados en la memoria
-a una caterva de aquéllos que un día fuimos niños
y de los que, sin ser madre, en algún momento cuidó-
la voluntad y la abnegación como preciados recuerdos,
catálogo de una vida, a su manera, plena:
sus rezos, el rosario nocturno, estampas de Vírgenes diversas,
su empeño en hacer de beatos santos...
Atrás se quedan las migas del rico Epulón,
el puente que fue derribado durante la guerra,
la vieja Habana, en fotos, que su padre recorrió,
lugares que, sin conocerlos, se le hacían tangibles,
el retrato de aquél niño que parecía una niña,
enmarcada su cara por largos y dorados rizos,
el cine Riviera, con sus matinées, la playa Marianao y el malecón,
el limonero y los viejos perales de la huerta...
¡Son tantos los recuerdos que toman aposento en mi memoria!
Ella que de lo que carecía nunca hizo necesidad,
la que a su cariño nunca puso condiciones,
a quien querías sin remedio, sin darte apenas cuenta;
se va como vivió, austera, con esa fortaleza que solo otorga el silencio.
Aquí se queda su viejo y amado El Espín, donde entierra su corazón
y desde donde su alma asciende a un cielo eterno,
del que la Providencia ha hecho hoy, en su virtud, un luminoso cielo.
Rafel Calle escribió:Hermoso e interesante trabajo de Ramón.
Muchas gracias a ti, amigo Xaime, por tu lectura y gentil comentario.xaime oroza carballo escribió:Quién no haya tenido una tía Alicia así se ha perdido el firmamento. Gracias, Ramón, por tu bello canto.
Un abrazo