
Si el pajar rebosara agujas,
te invitaría a coserme las bastillas
de días pálidos
que cegaron el planeo rasante de los recuerdos
antes de saberse
guijarros de piel.
Si en el devenir de los truenos
encontrara el aliento
donde abandonar
tu enjambre
repleto de avispas,
tal vez
se apagaran para siempre
esas visiones de fieras
que husmean en mi ventana
y juegan
al escondite inglés.
Uno
dos
tres
En silencio y a tientas,
una manada de buitres
anidó anoche
sobre el cabecero
de la cama.
Se ven afiladas sus garras.
No sé a qué esperan.
e.N.o.L.S.a.N.y.A.g.O
++abrazo++