A veces

[Ramón Castro Méndez]

A veces, como muñecos de trapo
aprendiendo el silabario, tropezamos
y, en ese traspiés, nos sentimos niños
al borde de la fatiga de la tarde
cuando al día ya no le cabe la esperanza.
Y, entonces, nos acuclillamos para urdir
a solas esos tibios recuerdos
recién nacidos en vísperas de gloria,
para suspirar con cada verso que amanece
fondeado en esos sueños sin puerto
que en nuestro delirio no atrapamos.
Trazamos el amor entre las líneas
de las manos, en el desnudo pudor
que, con cada trémulo gesto, nos invade,
en la ternura que, aún bisoña, aprende
en la caricia el camino hacia la piel.
Nos atamos a distancias sin sentido,
esperamos, sin dudar, a que el viento
separe las aguas, y navegamos
entre estelas de islas errantes
para escucharnos creando universos
allí donde el rumor de las aguas
deja nuestros cuerpos del barro desnudos.

[Carmen Pla]

Un poema con un fondo que invita a la reflexión, me ha gustado el lenguaje sencillo y abierto de tu poema.
Un abrazo, Ramón

[C.P. Fernández]

Muy hermoso, Ramón.

Un abrazo.

[Guillermo Cumar.]

No sé si a veces o a menudo fluye esa sombra por los atardeceres de la satisfacción.
Reconcer el camino que a cada cual le toca no resulta facil. Aunque ese requisito
es más blando para el que pone su sentir en un poema y trasmite arte reflexión.
Así lo vi así lo aplaudo

un abrazo

[J. J. Martínez Ferreiro]

Siempre es estimulante entrar en tu espacio poético. El lector tiene asugurada la sensibilidad y la hondura existencial que nos puede ofrecer la poesía.

Todo un placer de lectura.

Un abrazo, amigo Ramón.

[Armilo Brotón]

Buen poema Ramón. Emociona leer que los hombres estamos muy cerca cuando sentimos el paso del tiempo y que a veces tenemos que recurrir a gratos recuerdos del pasado que nos traigan a las manos lo hermoso que es compartir y estar aquí.

Un abrazo

[Mirta Elena Tessio]

A veces, como muñecos de trapo
aprendiendo el silabario, tropezamos
y, en ese traspiés, nos sentimos niños
al borde de la fatiga de la tarde
cuando al día ya no le cabe la esperanza.
Y, entonces, nos acuclillamos para urdir
a solas esos tibios recuerdos
recién nacidos en vísperas de gloria,
para suspirar con cada verso que amanece
fondeado en esos sueños sin puerto
que en nuestro delirio no atrapamos.
Trazamos el amor entre las líneas
de las manos, en el desnudo pudor
que, con cada trémulo gesto, nos invade,
en la ternura que, aún bisoña, aprende
en la caricia el camino hacia la piel.
Nos atamos a distancias sin sentido,
esperamos, sin dudar, a que el viento
separe las aguas, y navegamos
entre estelas de islas errantes
para escucharnos creando universos
allí donde el rumor de las aguas
deja nuestros cuerpos del barro desnudos.

Desde mi universo un abrazo poeta.-

[Ramón Castro Méndez]

Un poema con un fondo que invita a la reflexión, me ha gustado el lenguaje sencillo y abierto de tu poema.
Un abrazo, Ramón

Muchas gracias por tu paso y apreciado comentario, Carmen.

Un afectuoso abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Muy hermoso, Ramón.

Un abrazo.

Muchas gracias, Celia, por contar con tu presencia en mis letras.

Un afectuoso abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

No sé si a veces o a menudo fluye esa sombra por los atardeceres de la satisfacción.
Reconcer el camino que a cada cual le toca no resulta facil. Aunque ese requisito
es más blando para el que pone su sentir en un poema y trasmite arte reflexión.
Así lo vi así lo aplaudo

un abrazo

Muy agradecido, Guillermo, por tu generosidad y amabilidad.

Un fuerte abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Siempre es estimulante entrar en tu espacio poético. El lector tiene asugurada la sensibilidad y la hondura existencial que nos puede ofrecer la poesía.

Todo un placer de lectura.

Un abrazo, amigo Ramón.

Muchas gracias, amigo Ferreiro, un placer contar con tu paso por mis letras y por tus siempre alentadores comentarios.

Un fuerte abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Buen poema Ramón. Emociona leer que los hombres estamos muy cerca cuando sentimos el paso del tiempo y que a veces tenemos que recurrir a gratos recuerdos del pasado que nos traigan a las manos lo hermoso que es compartir y estar aquí.

Un abrazo

Muy agradecido, amigo Armilo, por dejarme tu apreciado comentario.

Un fuerte abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

A veces, como muñecos de trapo
aprendiendo el silabario, tropezamos
y, en ese traspiés, nos sentimos niños
al borde de la fatiga de la tarde
cuando al día ya no le cabe la esperanza.
Y, entonces, nos acuclillamos para urdir
a solas esos tibios recuerdos
recién nacidos en vísperas de gloria,
para suspirar con cada verso que amanece
fondeado en esos sueños sin puerto
que en nuestro delirio no atrapamos.
Trazamos el amor entre las líneas
de las manos, en el desnudo pudor
que, con cada trémulo gesto, nos invade,
en la ternura que, aún bisoña, aprende
en la caricia el camino hacia la piel.
Nos atamos a distancias sin sentido,
esperamos, sin dudar, a que el viento
separe las aguas, y navegamos
entre estelas de islas errantes
para escucharnos creando universos
allí donde el rumor de las aguas
deja nuestros cuerpos del barro desnudos.

Desde mi universo un abrazo poeta.-

De universo a universo, y tiro porque me toca... un afectuoso abrazo, amiga Mirta.

Muchas gracias por tu paso y atento comentario.

[Rafel Calle]

Un poema poco conocido, pero bello y evocador, de Ramón Castro Méndez.