
Gracias, amiga ERA, por tu paso y generosos comentarios.
Un bico.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Roberto López escribió:La muerte esconde su propia obscenidad tras los arbustos. Es inevitable, aunque siempre hay un eco que resuena, que retumba en el silencio aparente y estremecedor. La muerte aflora lo que escondemos siempre, la sombra, la sombra de la sombra. Y resuena el olvido, la desmemoria, el miedo. Este poema es un eco, un trueno en el silencio.J. J. M. Ferreiro escribió:Aire y silencio
eran como una bolsa transparente
encerrando las luces, piedras y sombras de la plaza.
Corbain yacía al borde de la noche,
sus grandes manos,
parecían dos aspas blancas
alargadas y tétricas,
en una penumbra escondidas
tras la ligera claridad de los arbustos espinosos.
Tres veces exclamó Corbain su nombre
en el olvido de las calles.
Tres veces retemblaron los labios tiesos del insomnio
revueltos en la hierba,
Me gusta el halo de misterio que envuelve al personaje, su soledad de fondo, incluso, diríase, mutismo, y como va fundiéndose con el paisaje. Gran poema, amigo.
Enhorabuena.
Un fuerte abrazo.
rajando el hambre de su efervescente
sensualidad.
Tres veces destelló la ciudad con sus ratas
allí donde las calles abrían sus cadáveres.
Saludos.
Gracias, joven viejo amigo. Son un todo un honor tus generosos comentarios.José Manuel F. Febles escribió:Excitante poema, que marca una altura lírica reconocible en la pluma de mi querido amigo y compañero Ferreiro. No la había leído, por motivos X, que no vienen al caso, pero te felicito por esta encomiable obra, que marca un destino.
Un abrazo bien fuerte con mi sincera felicitación, amigo.
José Manuel F. Febles