Josefa A. Sánchez escribió:.
Para Óscar Distéfano.
Fue seda, aquí, lo que tornó corteza
el llanto del amor despavorido.
Y fue brazo el esqueje retorcido
y la copa de jade fue cabeza.
Hubo ternura en estas asperezas.
Lo que es savia, fue sangre de latido.
El tronco fue un esbelto cuerpo, henchido
de plenitud, de vida, de belleza.
Voló en alas del viento su gemido.
Y Peneo, tal vez compadecido,
pero quizás por cólera tan solo,
hincó sus pies como raíz al suelo,
tendió sus ramas de laurel al cielo
y abrió el cauce a las lágrimas de Apolo.
Pepa
Un soneto de sublime belleza. No me cabe más que felicitarte por la excelencia de tus versos. Mi más ferviente aplauso.
Un abrazo.