¿Puedo decirte algo?

[M. Sánchez]

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[Marimar González]

Un poema intimista en el punto de la confidencia con metáforas plenas de contenido, para leer en voz baja y repetir y repetirse ese soberbio broche que deja estela en el recuerdo.
Cordialmente

[Ventura Morón]

Como a voz baja, da la sensación de recorrer esos parajes de la cotidianidad, de lo vivido, de lo que queda de lo que en realidad desearíamos, que difícil es traspasar los años y reencontrar la mirada más parecida a la primera.
Hermoso, como siempre, leerte.
Abnrazo grande amigo

[E. R. Aristy]

¿Puedo decirte algo?:

no se abre una ventana

para dejar pasar la nube y sus recuerdos.

Ni se enciende una luz

para leer de cerca el tiempo que escribimos.

Y sin embargo

esas noches de julio

se acercan a mi casa

como un lince dotado de silencio,

y el trabajo que tienen los jazmines

es el de sostener las horas muertas.

Después, muy poco a poco,

va desapareciendo

la seriedad de un libro entre mis manos,

por mucho que me quiera dar lecciones

de unas paredes lentas,

espacios en los ojos,

persianas que se bajan y cierran un camino.

Y empiezan a apretarse

las verdades nocturnas con tus labios helados.

Nada me va a impedir

obtener de este aire

las cosas que me eligen.


La madurez es reina de un imperio

forjado con peligros de derrotas. Pero el agua se hizo

para que fluya y fluya,

y no deje más huella

que la de darnos sed.

El tono del poema crea el ámbito de estos versos desafiantes al dar por sentado las cosas. Es un poema brillante, y me gusta porque se trata de defender la capacidad de juicio intimo, y el grado de este en la voz poética que interactúa con sus lecturas. Creo que así se deben leer a quienes expusieron sus ideologías en el pasado, y quienes lo hacen ahora que parece ser mas fácil envolver gato por liebre con tanta magia tecnológica. Mi admiración y respeto, Manuel. ERA

[Ramón Castro Méndez]

¿Puedo decirte algo?:

no se abre una ventana

para dejar pasar la nube y sus recuerdos.

Ni se enciende una luz

para leer de cerca el tiempo que escribimos.

Y sin embargo

esas noches de julio

se acercan a mi casa

como un lince dotado de silencio,

y el trabajo que tienen los jazmines

es el de sostener las horas muertas.

Después, muy poco a poco,

va desapareciendo

la seriedad de un libro entre mis manos,

por mucho que me quiera dar lecciones

de unas paredes lentas,

espacios en los ojos,

persianas que se bajan y cierran un camino.

Y empiezan a apretarse

las verdades nocturnas con tus labios helados.

Nada me va a impedir

obtener de este aire

las cosas que me eligen.


La madurez es reina de un imperio

forjado con peligros de derrotas. Pero el agua se hizo

para que fluya y fluya,

y no deje más huella

que la de darnos sed.

Un magnífico poema. Admirable la belleza de tus versos.
Un abrazo.

[Pilar Morte]

Me gusta tu poesía porque es profunda en su forma de decir. Un poema precioso que me encantó.
Abrazos
Pilar

[Mirta Elena Tessio]

¿Puedo decirte algo?:

no se abre una ventana

para dejar pasar la nube y sus recuerdos.

Ni se enciende una luz

para leer de cerca el tiempo que escribimos.

Y sin embargo

esas noches de julio

se acercan a mi casa

como un lince dotado de silencio,

y el trabajo que tienen los jazmines

es el de sostener las horas muertas.

Después, muy poco a poco,

va desapareciendo

la seriedad de un libro entre mis manos,

por mucho que me quiera dar lecciones

de unas paredes lentas,

espacios en los ojos,

persianas que se bajan y cierran un camino.

Y empiezan a apretarse

las verdades nocturnas con tus labios helados.

Nada me va a impedir

obtener de este aire

las cosas que me eligen.


La madurez es reina de un imperio

forjado con peligros de derrotas. Pero el agua se hizo

para que fluya y fluya,

y no deje más huella

que la de darnos sed.

Me gustó leer este poema.
Un placer.
Gracias por compartir.

[M. Sánchez]

Marimar, muchas gracias por tu amable comentario.

Un fuerte abrazo.

[M. Sánchez]

Como a voz baja, da la sensación de recorrer esos parajes de la cotidianidad, de lo vivido, de lo que queda de lo que en realidad desearíamos, que difícil es traspasar los años y reencontrar la mirada más parecida a la primera.
Hermoso, como siempre, leerte.
Abnrazo grande amigo

Amigo ventura, gracias. Tus comentarios son siempre lúcidos, allí donde los dejes, y para mí es un honor recibirlos.

Un abrazo.

[M. Sánchez]

¿Puedo decirte algo?:

no se abre una ventana

para dejar pasar la nube y sus recuerdos.

Ni se enciende una luz

para leer de cerca el tiempo que escribimos.

Y sin embargo

esas noches de julio

se acercan a mi casa

como un lince dotado de silencio,

y el trabajo que tienen los jazmines

es el de sostener las horas muertas.

Después, muy poco a poco,

va desapareciendo

la seriedad de un libro entre mis manos,

por mucho que me quiera dar lecciones

de unas paredes lentas,

espacios en los ojos,

persianas que se bajan y cierran un camino.

Y empiezan a apretarse

las verdades nocturnas con tus labios helados.

Nada me va a impedir

obtener de este aire

las cosas que me eligen.


La madurez es reina de un imperio

forjado con peligros de derrotas. Pero el agua se hizo

para que fluya y fluya,

y no deje más huella

que la de darnos sed.

El tono del poema crea el ámbito de estos versos desafiantes al dar por sentado las cosas. Es un poema brillante, y me gusta porque se trata de defender la capacidad de juicio intimo, y el grado de este en la voz poética que interactúa con sus lecturas. Creo que así se deben leer a quienes expusieron sus ideologías en el pasado, y quienes lo hacen ahora que parece ser mas fácil envolver gato por liebre con tanta magia tecnológica. Mi admiración y respeto, Manuel. ERA

Siempre inteligente tu palabra, E.R.A. Te agradezco mucho tu paso y tu amabilidad.

Un fuerte abrazo.

[M. Sánchez]

¿Puedo decirte algo?:

no se abre una ventana

para dejar pasar la nube y sus recuerdos.

Ni se enciende una luz

para leer de cerca el tiempo que escribimos.

Y sin embargo

esas noches de julio

se acercan a mi casa

como un lince dotado de silencio,

y el trabajo que tienen los jazmines

es el de sostener las horas muertas.

Después, muy poco a poco,

va desapareciendo

la seriedad de un libro entre mis manos,

por mucho que me quiera dar lecciones

de unas paredes lentas,

espacios en los ojos,

persianas que se bajan y cierran un camino.

Y empiezan a apretarse

las verdades nocturnas con tus labios helados.

Nada me va a impedir

obtener de este aire

las cosas que me eligen.


La madurez es reina de un imperio

forjado con peligros de derrotas. Pero el agua se hizo

para que fluya y fluya,

y no deje más huella

que la de darnos sed.

Un magnífico poema. Admirable la belleza de tus versos.
Un abrazo.

[M. Sánchez]

Gracias Ramón, es una satisfacción que esta sea tu valoración del poema.
Te dejo un fuerte abrazo.

[M. Sánchez]

Me gusta tu poesía porque es profunda en su forma de decir. Un poema precioso que me encantó.
Abrazos
Pilar

Pilar, me alegra mucho que mi forma de hacer poesía sea de tu gusto, y que te apetezca leerme. Gracias por tu cercanía, amiga.

Un abrazo fuerte.

[Rafel Calle]

Hermoso trabajo de Manuel.