La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Ramón Carballal escribió:Hoy me enfrento a mí
aunque el mar no reconozca
las huellas de la virginidad
y el cielo sea un pájaro
que nunca acaba de asomar
en mi incertidumbre.
Veo más allá de esta playa el sinuoso edificio que construí
con los pasos inversos y la lucidez tardía de los trenes que pasan.
¿Qué río es mi sombra,
cuál águila ya no planea sobre el lienzo infantil
de los ojos menudos?
Qué calma la de este otoño,
lamen las olas su cántico,
los pinos se comban heridos
por el aire que longevo no detiene su látigo.
Mis recuerdos se parecen al azul que nunca existió,
al rombo que apacigua el candor de la noche,
a ti cuando me hablas y no soy yo el pretérito que sueñas.
Eres un gran poeta, Ramón, realmente fascinante...
Un gran abrazo.
Ramón Carballal escribió:Hoy me enfrento a mí
aunque el mar no reconozca
las huellas de la virginidad
y el cielo sea un pájaro
que nunca acaba de asomar
en mi incertidumbre.
Veo más allá de esta playa el sinuoso edificio que construí
con los pasos inversos y la lucidez tardía de los trenes que pasan.
¿Qué río es mi sombra,
cuál águila ya no planea sobre el lienzo infantil
de los ojos menudos?
Qué calma la de este otoño,
lamen las olas su cántico,
los pinos se comban heridos
por el aire que longevo no detiene su látigo.
Mis recuerdos se parecen al azul que nunca existió,
al rombo que apacigua el candor de la noche,
a ti cuando me hablas y no soy yo el pretérito que sueñas.
Poesía de calidad. parado frente a ti mismo, diría yo, reconoces tu lugar existencial con una lucidez que sobrecoge. Albricias.
Un abrazo grande.
Óscar
Gracias, Óscar, por dejarme tu amable comentario. Un abrazo.
Ramón Carballal escribió:Hoy me enfrento a mí
aunque el mar no reconozca
las huellas de la virginidad
y el cielo sea un pájaro
que nunca acaba de asomar
en mi incertidumbre.
Veo más allá de esta playa el sinuoso edificio que construí
con los pasos inversos y la lucidez tardía de los trenes que pasan.
¿Qué río es mi sombra,
cuál águila ya no planea sobre el lienzo infantil
de los ojos menudos?
Qué calma la de este otoño,
lamen las olas su cántico,
los pinos se comban heridos
por el aire que longevo no detiene su látigo.
Mis recuerdos se parecen al azul que nunca existió,
al rombo que apacigua el candor de la noche,
a ti cuando me hablas y no soy yo el pretérito que sueñas.
No sabemos como es, como luce, como se presenta en general el hombre/mujer que sonamos
con ser el "yo verdadero". Creo que tu poema es de un significado especial porque vemos claramente que el hombre por ser no puede ni debe desechar el hombre que ha sido, mas bien hacerse para si un padre/madre amoroso, un amigo leal. Un placer grande leerte, Ramon. Abrazos, ERA
Ramón Carballal escribió:Hoy me enfrento a mí
aunque el mar no reconozca
las huellas de la virginidad
y el cielo sea un pájaro
que nunca acaba de asomar
en mi incertidumbre.
Veo más allá de esta playa el sinuoso edificio que construí
con los pasos inversos y la lucidez tardía de los trenes que pasan.
¿Qué río es mi sombra,
cuál águila ya no planea sobre el lienzo infantil
de los ojos menudos?
Qué calma la de este otoño,
lamen las olas su cántico,
los pinos se comban heridos
por el aire que longevo no detiene su látigo.
Mis recuerdos se parecen al azul que nunca existió,
al rombo que apacigua el candor de la noche,
a ti cuando me hablas y no soy yo el pretérito que sueñas.
Excelente, Ramón, de la primera a la última palabra. Mi más ferviente ovación.
Un abrazo.
Mirta Elena Tessio escribió:Ramón Carballal escribió:
Hoy me enfrento a mí
aunque el mar no reconozca
las huellas de la virginidad
y el cielo sea un pájaro
que nunca acaba de asomar
en mi incertidumbre.
Veo más allá de esta playa el sinuoso edificio que construí
con los pasos inversos y la lucidez tardía de los trenes que pasan.
¿Qué río es mi sombra,
cuál águila ya no planea sobre el lienzo infantil
de los ojos menudos?
Qué calma la de este otoño,
lamen las olas su cántico,
los pinos se comban heridos
por el aire que longevo no detiene su látigo.
Mis recuerdos se parecen al azul que nunca existió,
al rombo que apacigua el candor de la noche,
a ti cuando me hablas y no soy yo el pretérito que sueñas.
Hola Ramón, Bello y rotundo tu poema.
Te aplaudo Poeta.
Gracias por compartir.
Un abrazo.-
J. J. M. Ferreiro escribió:Un nuevo ejemplo de tu reto poético: la idea de un mundo, de una realidad más allá de la luz de la palabra, donde ésta lo insinúa, lo roza, para que el lector continúe el desbroce del camino que nos señalas.
Marius Gabureanu escribió:Un poema espléndido, Ramón, el titulo es muy importante, la belleza del titulo abre camino para que el lector pueda asimilar los pinos heridos, gracias por compartir. Recibe muchos abrazos, amigo.
Gracias, Marius. Me alegra que te haya gustado el poema. Un abrazo.
Gerardo Mont escribió:Otro poemazo Carballal... Si bien, me encanta como escribes, este poema, corto, contiene hallazgos valiosísimos. Aplausos y un gran abrazo amigo.
Gracias, Gerardo, por tu generoso comentario. Un abrazo.
Ramón Carballal escribió:Hoy me enfrento a mí
aunque el mar no reconozca
las huellas de la virginidad
y el cielo sea un pájaro
que nunca acaba de asomar
en mi incertidumbre.
Veo más allá de esta playa el sinuoso edificio que construí
con los pasos inversos y la lucidez tardía de los trenes que pasan.
¿Qué río es mi sombra,
cuál águila ya no planea sobre el lienzo infantil
de los ojos menudos?
Qué calma la de este otoño,
lamen las olas su cántico,
los pinos se comban heridos
por el aire que longevo no detiene su látigo.
Mis recuerdos se parecen al azul que nunca existió,
al rombo que apacigua el candor de la noche,
a ti cuando me hablas y no soy yo el pretérito que sueñas.
Eres un gran poeta, Ramón, realmente fascinante...
Un gran abrazo.
No lo soy, pero gracias igualmente por tus amables palabras. Un gran abrazo.
Precioso, Ramón, una lectura para la historia poética, para la tan discutible posteridad.
Abrazo y aplausos.
"En el haz áureo de tu faro están mis pasos
porque yo que nunca pisé otro camino que el de tu luz
no tengo más sendero que el que traza tu ojo dorado
sobre el confín oscuro de este mar sin orillas."