Me resulta admirable esa, para mi, especie de caos que se ordena y desordena, que salta con el nervio al rojo vivo de una palabra a otra, que se detiene y se reinicia impetuoso, que golpea la indiferencia y que, en definitiva, es hermoso y atrapa a lectores como yo. Mi admiración.Armilo Brotón escribió:En la mano del caliche habita una rubia de bote, es la pared que dispara su olvido como un gusano de seda: sin olor de fondo. Se clava, duelen los estríperes, los hastiados. Caminar en los huesos del huérfano duele. -Buenos días ¿con quién hablo? -Con Sandra Ribera, donde la Mencía tiñe de sangre fresca el monasterio y también los labios sin beso. -¿Sus celdas son de luna masturbada? -Pudiera ser que sea también Antonio-Santiago--- Pedro. San Juan místico. Vino sin ojos, ruta sin estrellas de mano que llevarse a la boca, gacela incorpórea, el aliento. Cómo camina el polvo en su afán. Cómo llega al celebro y lo transforma todo en gruyer: duele de tinta fresca la tarde, el jamón. Veo mi mano en el muro que escribe corrompida, sin aliento, vieja y arrugada; una primavera que se fue en el humo; Miguel de sombra, si atraviesas las uñas, si entras, como los gusanos, en el lagar de la carne es algo, ¿qué queda después? -La rabia. El cariño. El corazón en celo. La mirada borracha de ilusiones transitando un afán de limpieza. Que lo quieren todo cuando no hay más que el comer despacio, que lo quieren todo a salto de bandido: deglutir los afanes, los pechos impúberes, los coños sin aliento. Lo quieren todo sin cortesía, ni unos buenos días te dan. -Hola amor, ¿hay alguien detrás del espejo? No sirve de nada, de nada sirvo yo; debo dejarlo todo en manos del que mejor la chupa en caliente. Dios misericordioso. Debo dejarlo todo, hasta los verbos roncos. Y duelen la noche empedrados de calle Mayor, cuando borracho camino sus promesas, como puedo, hasta las cucarachas de mi casa, las únicas que salen a esperarme sin mentiras ni memoria. Duele Santiago segoviana, Granada pinciano: hasta su puta madre duele y no soy yo el que rompe las estancias; ellas explotan solas, cansadas de miseria existencial y exploto de hígado, buenos días. Hasta mañana. elPrior
Un abrazo.