Arturo Rodríguez Milliet escribió:Hermoso, rítmico, contundente y firme.
La autenticidad de lo femenino frente a las sutilezas de su ornamento.
Mucho disfrute hallado en tus versos.
Un abrazo.
Agradecida por tus bellas palabras
Un abrazo, Arturo
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Arturo Rodríguez Milliet escribió:Hermoso, rítmico, contundente y firme.
La autenticidad de lo femenino frente a las sutilezas de su ornamento.
Mucho disfrute hallado en tus versos.
Un abrazo.
Pilar Morte escribió:Para mi gusto escribiste un buen poema, que reclama un puesto por igual en las relaciones. Me gustó mucho el desarrollo conseguido. Felicidades
Besos
Pilar
Ramón Carballal escribió:Coincido con los compañeros, exquisita sensibilidad en este hermoso poema. Felicidades y un abrazo.
jose manuel saiz escribió:La verdad es que me ha encantado este poema. Tiene todos los ingredientes con los que yo disfruto la poesía. Es íntimo y sincero, es profundo y delicado. Una delicia para el espíritu. Te lo agradezco.
Un abrazo, Carmen.
J. Manuel
Cecilia Martos escribió:Wowww querida Carmen, está precioso, mi enhorabuena por la distinción, me encantó, qué maravilla, mi abrazo emocionado Poeta!!!
Cecilia
Rafel Calle escribió:Hermoso poema de Carmen.
Lunamar Solano escribió:La bella sensibilidad de tus versos conmueve querida amiga...
Siempre un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy
Un precioso y emotivo poema de reafirmación. Cálidas, elegantes y coloridas metáforas que imprimen un ritmo continuo a todo el poema. Mi felicitación.Carmen Pla escribió:Antes de que pudiera responder, mucho antes
en medio de una frase dejé de escribir,
las manos cruzadas sobre el pecho
apretadas, con un puñado de cabellos suyos.
Las retóricas me indignan
en el instante mismo en que las apunto,
son como días viudos que caminan
sobre una órbita de ausencia.
Olfatean la vida desde fuera,
se detienen frente a la puerta,
habitan en silencio los pasillos
y envuelven la sensación física.
Crees que no lo sé...
que no sé caminar con los zapatos de charol negro,
que no sé dibujar con carmín
la comisura de mis labios,
esa desilusión elegante de tristeza encerrada
en el bello dibujo claro de lo expresado.
La lana de cachemir multiplica
los puntos de contacto
entre mi cuerpo y las cosas,
me visten para salir, de no haberme olvidado
que mi ración de emoción y reminiscencia
la escribiría al día siguiente,
donde me separa la frágil barandilla
de las palabras.