Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Gracias amigo Guillermo. Que placer y que privilegio tu palabra, medida y sentida.Guillermo Cuesta escribió:Precioso e interesante gesto el tuyo saliendo su imagen bella desde las profundidades sentidas
de lasa guas y la arena. Bajo la luz de metáforas vivientes hay una dosis de sol que unifica el buen
arte de tu inspirada poesía.
un abrazo
Gracias judit. siempre una alegría contar con tu palabra.J. Paz escribió:Hermosos versos, Ventura, para expresar la impotencia. Me ha encantado el poema, su sensibilidad y trazado, su delicada fuerza.
Un fuerte abrazo y feliz día,
Judit
Muchas gracias querido amigo, por este bellísimo comentario que me has regalado. Un privilegio recibirlo y recibirte.Óscar Distéfano escribió:Un poema que adquiere su mayor valor en el hecho de que, tratándose de un tema sociológico, logra el vuelo lírico que lo exime del texto panfletario, del demonio ideológico. Me ha gustado el uso exquisito del lenguaje y de la expresividad. Creo que así debemos escribir los poetas, cuando deseamos encarar temas semejantes, sin bajar nunca a los modelos de las odas políticas nerudianas, ni a los cantos rencorosos de los poetas guerrilleros. Salud.
Un abrazo grande, amigo.
Óscar
Gracias por venir Andrés. Una melancolía esta que se repite demasiado.Andrés Canay escribió:Hermoso poema de melancolía marina.
Un abrazo amigo mío.
Muchas gracias Pilar, por dejar tu palabra, y todo lo que va con ella.Pilar Morte escribió:A mí si que me gustan los poemas de corte social. Hacer presente el problema entra dentro de la poesía sobre todo si se escribe con el lirismo y calidad de tus versos. Me gustó mucho.
Besos
Pilar
Gracias por venir amigo. Nosotros, que estamos entre ambas orillas, sabemos mucho de todo esto. Me alegra por ello que te gustara la forma de abordarlo.F. Enrique escribió:Creo que has elegido un tratamiento acertado en tu acercamiento a un tema que tanto nos duele, has acudido al lirismo y a la sutileza para denunciar algo que nos avergüenza a todos, ésto, desde mi punto de vista, dota al poema de más valor, a través de él percibimos otras muchas injusticias.
Un abrazo.
Muchas gracias Celia, un placer recibirte, de verdad. Me alegra que te haya gustado, y aunque llegue un poco tarde, mis mejores deseos para ti tambien.CELIA PUERTA escribió:Magnífico poema, Ventura. Me ha gustado mucho.
Un abrazo y feliz año.
Gracias por venir Manuel, por tu lectura y dejarme constancia de ello. Mucho me alegra tu paso amigo.Manuel Alonso escribió:Muy bello Ventura y muy triste a la vez, un placer amigo y un abrazo.
Como bien dices Rafael, tenemos en nuestra voz tambien la posibilidad de exponer las tragedias con las que convivimos, y de alguna manera, aunque pequeñita, hacerlas más visibles, para sumar en el deseo de que se acaben.Rafael Valdemar escribió:Interesante Poema de compromiso social el que nos dejas Ventura. Versos siempre necesarios.
saludos
rafael
Gracias por venir Rafel, me alegra mucho recibirte.Rafel Calle escribió:Hermoso e interesante poema de Ventura.
Gracias mi querido amigo, mucho me alegran estas palabras, que vengo hoy a agradecerte, un poco tarde, pero con la misma emoción que cuando te las leí.Gerardo Mont escribió:Bellísimo poema, que activa en el lector ese sentimiento de dolor y solidaridad ante lo que sucede en un mundo cada vez más injusto. Por medio de ese sentimiento que despierta tu tema, uno escarba en el pecho temas relacionados y cercanos y abre los ojos hacia la propia indiferencia. Un lujo de lectura sin duda, estimado poeta y amigo. Un gran abrazo.
Muy buenos versos, Ventura, que tratan de una manera exquisita y delicada ese drama que, desgraciadamente, ya se nos ha hecho cotidiano.Ventura Morón escribió:[BBvideo 560,340][/BBvideo]
...
Quedaban, decían, tan sólo un poco de tus gestos,
apenas una maleta
en el aire, que se deslizaba, inmenso,
resbalando sobre la orilla
más oscura de la Tierra.
Quedaba tu cuerpo, la sombra
de unos sueños líquidos, por imprecisos, la Odisea del vivir
fundida con un mar demasiado lleno, tan lleno
de alas blancas,
celosas espumas, que apresaron tu habla
entre colinas sumergidas.
Quedaba
una raya en la playa... como un cordón
que te ataba, aún,
a la placenta marina,
como un susurro grave que gritara: ¡madre!, a un cielo
inundado de tu ausencia.
A los pocos días, rugía el sol
entre toallas de playa. Llegué a la orilla
y vi los restos
de la nave, comida
por arenas del olvido.
Pasé por ella mi mano, vi las cicatrices
del anhelo, y dibujé en la arena,
a su alrededor, unas líneas imprecisas:
tus gestos
imposibles,
al andar sobre la tierra.
.
.
.