La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Cuentos, historias, relatos, novelas, reportajes y artículos de opinión que no tengan que ver con la poesía, todo dentro de una amplia libertad de expresión y, sobre todo, siempre observando un escrupuloso respeto hacia los intervinientes.
Hace veinte años yo tenía catorce años, un día de octubre, como hoy, un día cinco, como hoy. Ese día amaneció distinto, era un día color pesado, gris o quizás ardiente en el calor primaveral de octubre. Yo tenía mis zapatos rotos, como casi todo niño de mi condición, y en mi casa no había techo que nos cubriera, sólo un plástico nos cobijaba del rocío o de la lluvia, si es que alguna gota nos mojaba entre las paredes de madera que mi padre y yo habíamos levantado aquel invierno, en medio las vacas y los cerdos que habitaban con nosotros en ese sitio eriazo. Hace veinte años, un día como hoy, me levanté y frente a la escuela a la que yo quería asistir, pero donde nunca pude estar, vi pasar el día mientras por unos pesos limpiaba los parabrisas de los vehículos de quienes votarían por cambiar la historia de mi vida o de mi patria, de quienes harían que el No castrara la dictadura de mi patria, y con ello la condición de pueblo errante por el mundo, de pueblo ultrajado por el dueño a fuerza del país. Hace veinte años, un día cinco, como hoy, yo limpiaba vehículos en la calle Olimpo con Portales en Maipú, y temía, temía por los años de mi infancia pasada en el cansancio, por los días venideros en las calles del terror y la incertidumbre. Temía por la leucemia de mi hermano y por los hospitales en urgencia. Temía por los obreros que vi caer por manos militares en avenida Las Industrias. Temía por la edad y mis poemas. Recuerdo el semblante de mi madre tras siete días sin comer, la risa triste de mi padre augurándonos futuro y el fin de la pobreza. Hace veinte años, nos dormíamos con hambre y ya sin luz rogábamos el día. Hace veinte años, yo tenía catorce años, un día de octubre como hoy, un día cinco, y entonces comprendí la libertad que emana el adverbio No.
Es paradójico, cuando menos, que el No pueda ser tan esperanzador y tan frctífero, después de ser capaz de escribir cosas tan colosales como Ésta; pero me parece más colosal, poder ordenar, primero y verbalizar a continuación todo lo que cuentas.
Un abrazo repleto de admiración. Ana.