Debe haber un porqué que no he entendido nunca

[M. Sánchez]

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[Arturo Rodríguez Milliet]

Y es que existe un porqué que no he entendido nunca

sepultado a las sombras de las primeras veces,

capaz de amar entonces, y que murió en nosotros.


Exquisito y denso, Manuel. Una nostálgica alegoría a ese lapso vital en el que aún somos suceptibles al asombro,
al dulce descubrimiento de esas primeras veces que dejan impronta en sonidos, aromas, matices...
Sensible añoranza que, con el humo de las casas, se aleja del cauce cantarino del río.
Siempre placentero adentrarnos en tus delicadas atmósferas.
Un afectuoso abrazo.

[M. Sánchez]

Muchas gracias Arturo, eres muy amable con mi poesía y conmigo. Y es un honor para mí que quieras leerme.

Un fuerte abrazo.

[Pilar Morte]

Un poema hermoso que se disfruta y del que se aprende. Un placer leerte
Abrazos
Pilar

[Ramón Castro Méndez]

Puede que no te acuerdes

cuando la vida misma terminaba

después de atardecer cerca del rio

y empezaba a crecer el humo de las casas.

Tú eras esa muchacha que escondía su olor a tierra húmeda,

su arqueología, debajo de las piedras,

y había, para el mundo,

una ciudad de besos subterráneos.


Pero ya no se escucha dónde nacen las cosas,

ni a los potros cantando a la flor del cerezo.

Y es que existe un porqué que no he entendido nunca

sepultado a las sombras de las primeras veces,

capaz de amar entonces, y que murió en nosotros.

Mi aplauso para un precioso poema lleno de aromas de nostalgia.

Un abrazo.

[E. R. Aristy]

Puede que no te acuerdes

cuando la vida misma terminaba

después de atardecer cerca del rio

y empezaba a crecer el humo de las casas.

Tú eras esa muchacha que escondía su olor a tierra húmeda,

su arqueología, debajo de las piedras,

y había, para el mundo,

una ciudad de besos subterráneos.


Pero ya no se escucha dónde nacen las cosas,

ni a los potros cantando a la flor del cerezo.

Y es que existe un porqué que no he entendido nunca

sepultado a las sombras de las primeras veces,

capaz de amar entonces, y que murió en nosotros.

Todo es por primera y unica vez. La melancolica realizacion de lo que permanentemente desaparece pero queda en nosotros, me conmueve tu bello poema, Manuel. Un abrazo, ERA