Luis Muñiz M. escribió:Un día va el viento y sin avisar
lo empieza a borrar todo.
Da una vuelta a la manzana
y se cuela bajo la puerta,
entra por las rendijas de la ventana
del salón
y descoloca todo lo ayer cuidadosamente ordenado.
Arranca la pintura de la pared,
se lleva el desapercibido susurro de los muebles,
la radio muda de la abuela,
el olor de los cajones...
Arrasa con todo a su paso.
Irrumpe avasallando por la memoria,
deja los recuerdos tambaleándose,
-solo descoloridas sombras tras de sí-.
Tu idealizado primer beso,
ese innombrable y trastabillado primer polvo,
la mano guía de tu madre,
el arrugado manual de vida de tu padre,
tu primeros puntos en la rodilla,
el viejo instituto,
tu discografía de the Police
tus amistades más o menos ciertas,
tus amantes más o menos amadas,
tus risas, tus intoxicaciones de sueños
y de lágrimas,
tu interminable colección de decepciones,
el brillo efímero de tus triunfos,
tus realidades, tus fantasías,
la lista de tus memorables siniestros,
tus alas de cera, tus funerales,
el escabroso muro de tus utopías,
tu miedo a los huracanes...
Entonces va el viento
y como si una pluma,
como la casa del primer cerdito,
de una patada
lo manda todo al reino gris de lo dudosamente
cierto.
De algún modo no te entristece demasiado,
el peso empezaba a ser insoportable,
tanto trago amargo en la boca
y los dulces que ya comenzaban a fermentar.
Tú lo intentaste,
a veces incluso te adelantaste
y sorprendiste a lo inevitable,
hasta ganaste alguna mano a la banca.
Hoy ya con la lengua estropajosa,
las uñas gastadas
y las botas rendidas,
como que no vamos arriar velas...
...Y al fin y al cabo,
a estas alturas
¿quién tiene ganas ya
de discutir nada al viento?.
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Es un poema muy hermoso y diciente, Luis, un poema a todo lo que se lleva el tiempo. Un abrazo, ERA