Óscar Distéfano escribió:Hallie Hernández Alfaro escribió:.
Miremoslo así:
la intuición fue una vena acrobática,
plasma confuso y talismán.
Creí ver la zanja del martirio,
el ojo ínfimo de la aguja,
los hilos convulsos y leales.
Quise saberte ahí opuesto al trueno,
por siempre mío.
El caudaloso síncope de renuncias
se hace madeja oscura,
retrógrado espejismo de lenguas.
Algunos días
parecen llevar en brazos
la ácida componenda del olvido.
Súbita y azarosa
me enredo en los versículos de la espera.
.
Lo más agradable para mí es poder describir detalladamente un poema que me gusta, cuando los elementos o las características positivas (para mi gusto) priman sobre cualquier otra que pudiera atentar sobre su corpus triunfante. Decimos describir en un sentido común pues, considerando que un poema es una obra artística, donde su complejidad viene dada por la inmensidad inconmensurable del espíritu creador, diríamos, más bien, que se trata de “tratar de comprender”, o mejor dicho de “aprehender”.
En primer lugar quiero aventurarme en decir que en este poema, nuestra compañera ha logrado un avance significativo en el camino de la madurez granítica de su obra; en efecto, en cuanto a la semántica se palpa una inclinación decisiva hacia la argumentación más racional que intuitiva. Si bien el tema se refiere a una situación vital del poeta (a una situación autobiográfica, si se nos permite conjeturar), el mensaje es universal, ya que el conflicto que nace de la espera amante se da en todos los amantes del mundo. Esta característica crea, al mismo tiempo, una empatía automática con el enfoque del poema. Pero, el tema no es todo, si la forma no acompaña adecuadamente la trasmisión del mensaje. En este sentido, en el poema que nos atañe, veo, además de la precisa cadena congruente del desarrollo, el despliegue de unas impactantes metáforas, producto inherente ya al talento, a la capacidad de la imaginación de concebir comparaciones de imágenes tan originales y felices. Y el otro componente de la forma (imprescindible para crear la completa emoción estética) es el ritmo. En este punto, luego de escanciar los versos y percatarnos de que se trata de un poema claramente multimétrico (mezcla de versos pares con impares), donde el ritmo acentual no tiene cabida, sentimos una armonía rítmica que (digo yo) nace de la concatenación de cláusulas bien definidas (de la prolijidad sintáctica), una yuxtaposición de imágenes, un ritmo basado en la secuencia de trozos nítidos de periodos del pensamiento poético. Sería algo así como una cadena anafórica de imágenes.
El título podría entenderse como las distintas partes o etapas de la espera. Dentro de los muchos sinónimos para el vocablo “versículos”, me inclino por dos: maraña, y laberinto. Entonces, es como decir que se pierde en las distintas etapas o partes de los laberintos de la espera.
Saludo este poema renovador, fresco, reinvindicativo, como un triunfo del equilibro fondo y forma:
Mis felicitaciones y mi abrazo fraterno.
Óscar