Pilar Morte escribió:
Tenía un nido de palomas blancas,
un vergel sobre el que acostar sus sueños,
y mil campos de trigo
para amasar el pan del día.
Tenía un cielo con estrellas,
lámparas de Aladino en cada rincón de sus deseos
y la luz del amanecer
para sus ojos dormidos.
Tenía el mundo en la Biblia de sus manos, la gloria con laureles
coronando su mente,
una sonrisa que atraía las serpientes despiertas
y naranjos en flor para pasear sus despertares.
Tenía todo antes de perder…
antes de saber que el mundo no es azul,
que la niebla oscurece los parques
y olvida el color de la primavera.
Y se hundió,
no estaba acostumbrado al desamparo,
a sortear las olas de la muerte
que te llevan al fondo del frío.
Se hizo una casa a la medida de sus sombras
y observa las paredes de la noche,
el horizonte de sus sueños.
Sé que desea calentar su cama,
acostarse abrazado a los besos.
Es el ardor que lo sustenta,
el que acuna su alma de poeta,
la luminaria de su mundo.
Espléndido poema Pilar,
con un ritmo y contenido que ata la atención desde un principio.
El ciclo vital dibujado con la verdad de cada tiempo.
Siempre se agradece la inteligencia con la bondad sensible,
cosa que se respira siempre en tus poemas.
Un afectuoso abrazo.